sábado, 17 de septiembre de 2011

LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS


El año 1224, después de renunciar San Francisco el generalato y haber admirado al mundo con sus virtudes y milagros, se retiró al monte Alberna, donde pasó su cuaresma de San Miguel. La mañana del 14 de Septiembre,(litúrgicamente lo celebramos hoy 17 de septiembre), hallándose en oración, se sintió tan abrasado en incendios del divino amor y con deseos de imitará Jesús crucificado, que de repente vio bajar de lo más alto del Cielo un serafín en figura de Cristo crucificado, que en rapidísimo vuelo vino a dispararse sobre él, y después de la visión dejó en su corazón una impresión maravillosa, y al mismo tiempo en el cuerpo las misteriosas llagas en los pies, manos y en el costado. Ocultó San Francisco esta maravilla por algún tiempo; pero después hizo Dios que las manifestase, para su mayor gloria, con varios milagros. Así lo confirma nuestra Santa Madre la Iglesia, al haber autorizado Oficio y Misa propios para conmemorar el milagro de la Impresión de las Llagas de Jesucristo en el cuerpo de San Francisco.


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