lunes, 31 de enero de 2011

EL ENDEMONIADO DE GERASA

Lectura del santo evangelio según san Marcos (5,1-20)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.
Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.»
Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.»
Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos.»
Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Reflexión
Hoy encontramos un fragmento del Evangelio que puede provocar la sonrisa a más de uno. Imaginarse unos dos mil puercos precipitándose monte abajo, no deja de ser una imagen un poco cómica. Pero la verdad es que a aquellos porqueros no les hizo ninguna gracia, se enfadaron mucho y le pidieron a Jesús que se marchara de su territorio.

La actitud de los porqueros, aunque humanamente podría parecer lógica, no deja de ser francamente recriminable: preferirían haber salvado sus cerdos antes que la curación del endemoniado. Es decir, antes los bienes materiales, que nos proporcionan dinero y bienestar, que la vida en dignidad de un hombre que no es de los “nuestros”. Porque el que estaba poseído por un espíritu maligno sólo era una persona que «siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras» (Mc 5,5).
Nosotros tenemos muchas veces este peligro de aferrarnos a aquello que es nuestro, y desesperarnos cuando perdemos aquello que sólo es material. Así, por ejemplo, el campesino se desespera cuando pierde una cosecha incluso cuando la tiene asegurada, o el jugador de bolsa hace lo mismo cuando sus acciones pierden parte de su valor. En cambio, muy pocos se desesperan viendo el hambre o la precariedad de tantos seres humanos, algunos de los cuales viven a nuestro lado.
Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad. Como diría el obispo brasileño Helder Cámara: «El egoísmo es la fuente más infalible de infelicidad para uno mismo y para los que le rodean».
Paz y bien hermanos.



UN DÍA UN CONSEJO

"No os canséis de orar y de hacer orar"

domingo, 30 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"El que confía en Dios no quedará confundido"

SAN JUAN BOSCO


Presbítero (1815-1888)

Era natural de la aldea de los Becchi, a 25 kilómetros de Turín. En esta historia no puede faltar la figura de la madre, Margarita, mujer incomparable, que educó a sus hijos en la pobreza y fortaleza del más alto nivel.
Cuando era jovencito, Juan iba con su madre al mercado a vender los productos del campo. Era un mozarrón despierto y vigoroso que aún no sabía leer.
En esto, se le ocurre ser sacerdote. Y para iniciar sus experiencias, atrae los domingos a la gente junto a su casa, en un predio donde crecían dos perales. Allí hace de saltimbanqui y prestidigitador. Así entretiene santamente a todos los convecinos.
Empieza a estudiar en una escuela pública, a 5 kilómetros de su pueblo. Luego entra a estudiar en el liceo de Chieri. Para pagar sus estudios trabaja en toda clase de oficios. Por fin, a sus 26 años celebra la primera misa en Turín. Lo primero que hace es recoger chiquillos de la calle. Le siguen como si fuera un titiritero. Para eso funda los Oratorios de San Francisco de Sales. Más tarde, para atender a esa gente pequeña, funda la Congregación de los Padres Salecianos, que se extiende pronto por toda Italia, Francia y España. Es el educador de los tiempos modernos; se hace periodista, predica, confiesa, escribe y propaga la devoción a María Auxiliadora, publica libros de ciencia y religión. Es el auténtico tipo de audaz soldado de Cristo.
En la Italia del siglo pasado, uno de los divertimentos más esperados de los pobres era los que traían los titiriteros.
Hubo cierta "troupe" que, a sabiendas, representaba sus obras a la hora de la misa y, claro, las gentes, en especial los niños, se "salteaban" la misa.
Pero había un niño, Juan Bosco, que se decidió a hacer algo para que los niños volvieran a la misa.
Se las arregló para aprender trucos de prestidigitación, malabarismos y otras habilidades por el estilo. Para eso, observó mucho, entrenó más y se ejercitó con los amigos.
Más tarde llegó a desafiar a los titiriteros y malabaristas, les ganó las apuestas y se tuvieron que ir de allí humillados.
Juan se hizo dueño del domingo, de los compañeros y amigos. Comenzó de niño los domingos y acabó moviendo masas de jóvenes, organizando su tiempo libre, montando talleres y escuelas profesionales...
Se inventó el sistema de "educar jugando y aprender gozando".
Su espíritu de saltimbanqui le daba agilidad al cuerpo y ponía alas a su vocación de educador.
Les decía a los niños: "Haremos muchos juegos y entretenimientos sin que tengan que pagar nada, pero con una condición: que vengan después todos conmigo a la iglesia".
Paz y bien hermanos.



BIENAVENTURADOS

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12a)

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.»

Reflexión
Jesús está comenzando su vida pública. Son sus primeras predicaciones. Y de entrada deja claro que su mensaje es diferente, no sigue los usos y costumbres. No es un predicador religioso tradicional. No comienza hablando del pecado. No nos recomienda que tenemos que dejar la vida demasiado mundana que llevamos para dedicarnos a la meditación y a la oración asidua. No nos dice que tenemos que consagrar largas horas a la oración. Tampoco recomienda entregarse al servicio de caridad. Nada de eso.
Jesús no recomienda nada. No manda hacer nada. Simplemente habla de las personas. Y dice de algunas de ellas que son dichosas, bienaventuradas. No se refiere a los importantes del mundo. Pero tampoco alude a los santos, a los que han estudiado ni a los que van mucho al templo. Hay que escuchar varias veces el mensaje para no hacerle decir –y entender– lo que estamos acostumbrados a pensar que dice. Jesús se refiere a los pobres de espíritu, a los que lloran, a los que tienen hambre y sed de justicia, a los misericordiosos, a los limpios de corazón, a los que trabajan por la paz, a los perseguidos por causa de la justicia y a los que van a sufrir por su causa. Esos son los destinatarios de las bienaventuranzas. De ellos se dice que son dichosos. Cada uno tiene su premio; poseer el reino de los cielos, ser consolados, heredar la tierra, quedar saciados de justicia, alcanzar misericordia, ver a Dios, llamarse hijos de Dios, de nuevo poseer el reino, tener una gran recompensa en el cielo.
Paz y bien hermanos.





sábado, 29 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Ten ánimo y paciencia en las recaidas". (Padre Pío)

¿POR QUÉ TEMEIS?


Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-41)

Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»
Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón.
Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»
Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!»
El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?»
Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

Reflexión
En el evangelio de hoy los discípulos reconocen la propia limitación e inconsistencia; se sienten impotentes ante algo que los supera, pero cuentan con que “Jesús es el Señor”, con un señorío que no puede quedar limitado por fuerzas incontrolables y salvajemente destructoras. Indudablemente tenemos una narración adornada desde muchas escenas: Yahvé cabalga sobre el océano, puso un límite al mar y éste no lo traspasará, domesticó al monstruo marino Leviatán,… Con esas imágenes como trasfondo la tradición evangélica expresó su fe en la divinidad de Jesús; también él, como el Yahvé soberano en que siempre creyeron, puede increpar al mar y crear calma. Pero la fe de los discípulos no llegó hasta dejarle en plena libertad para que actuase como y cuando quisiera. “¿Por qué teméis?”

Desde esta fe en el Dios soberano y libre, acucian numerosas preguntas al hombre moderno. Ya no es preciso seguir mirando hacia Auschwitz; nos basta con Haití o con las devastadoras inundaciones de Australia. ¿Es que Jesús, Señor omnipotente del mundo y de la historia, ha estado dormido? No nos basta una respuesta facilona que ha corrido en forma de pps: primero echamos a Dios de nuestro mundo y luego nos quejamos de que no está. Él, bueno y poderoso, está muy por encima de nuestras incoherencias. Quizá lo más adecuado sea nuestra admiración de creyentes que no abarcamos el misterio y tenemos seguir preguntándonos “quién es Éste”.
Paz y bien hermanos.



SAN PEDRO NOLASCO

Fundador de la Comunidad de Padres Mercedarios (+1258)

Nació cerca de Barcelona, España, hacia 1189.
A los 15 años quedó huérfano de padre, y dueño de grandes posesiones. La madre le colaboró en todos sus deseos de hacer el bien y de obtener santidad.
Estando en edad de casarse hizo una peregrinación a la Virgen de Monserrat y allí se puso a pensar que las vanidades del mundo pasan muy pronto y no dejan sino insatisfacción y que en cambio lo que se hace para la vida eterna dura para siempre. Entonces promedió a la Virgen mantenerse puro y se le ocurrió una idea que iba a ser de gran provecho para muchas gentes.
En aquel tiempo la cuestión social más dolorosa era la esclavitud que muchísimos cristianos sufrían de parte de los mahometanos. Estos piratas llegaban a tierras donde había cristianos y se llevaban a todos los hombres que encontraban. Las penalidades de los prisioneros cristianos en las tenebrosas cárceles de los mahometanos sobrepasaban lo imaginable. Y lo más peligroso era que muchos perdían su fe, y su moralidad se dañaba por completo.
Esto fue lo que movió a Pedro Nolasco a gastar su gran fortuna en libertar al mayor número posible de esclavos cristianos. Cuando se le presentaba la ocasión de gastar una buena cantidad de dinero en obtener la libertad de algún cautivo recordaba aquella frase de Jesús en el evangelio: "No almacenen su fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenen su fortuna en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe". (Mt. 6,20) Y este pensamiento lo movía a ser muy generoso en gastar su dinero en ayudar a los necesitados.
Y sucedió que, según dicen las antiguas narraciones, que una noche (agosto de 1218) se apareció la Sma. Virgen a San Pedro Nolasco y al rey Jaime de Aragón (que era amiguísimo de nuestro santo) y les recomendó que fundaran una Comunidad de religiosos dedicados a libertar cristianos que estuvieran esclavos de los mahometanos.
Consultaron al director espiritual de juntos, que era San Raimundo de Peñafort, y éste los llevó ante el Sr. Obispo de Barcelona, al cual le pareció muy buena la idea y la aprobó. Entonces el militar Pedro Nolasco hizo ante el obispo sus tres votos o juramentos. de castidad, pobreza y obediencia, y añadió un cuarto juramento o voto: el de dedicar toda su vida a tratar de libertar cristianos que estuvieran siendo esclavos de los mahometanos. Este cuarto voto o juramento lo hacían después todos sus religiosos.
Los antiguos dicen que la Virgen les recomendó:Fundad una asociación con hábito blanco y puro que sea defensa y muro de la cristiana nación.
San Raimundo predicó con gran entusiasmo en favor de esta nueva Comunidad y fueron muchos los hombres de buena voluntad que llegaron a hacerse religiosos. El vestido que usaban era una túnica blanca y una cruz grande en el pecho. San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General de la Congregación y el Papa Gregorio Nono aprobó esta nueva Comunidad.
San Pedro Nolasco ayudó al rey Don Jaime a conquistar para los cristianos la ciudad de Valencia que estaba en poder de los mahometanos, y el rey, en agradecimiento, fundó en esa ciudad varias casas de la Comunidad de los Mercedarios.
El rey Jaime decía que si había logrado conquistar la ciudad de Valencia, ello se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Y cada vez que obtenía algún resonante truinfo lo atribuía a las oraciones de este santo.San Pedro hizo viajes por muchos sitios donde los mahometanos tenían prisioneros cristianos, para conseguir su libertad. Y viajó hasta Argelia, que era un reino dominado por los enemigos de nuestra santa religión. Allá lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad.
Como había sido un buen comerciante, organizó técnicamente por muchas ciudades las colectas en favor de los esclavos y con esto obtuvo abundante dinero con los cuales logró la libertad de muchísimos creyentes.
Poco antes de morir repitió las palabras del Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". Tenía 77 años de edad.Por su intercesión se obraron muchos milagros y el Sumo Pontífice lo declaró santo en 1628. La
fundada por él se dedica ahora a ayudar a los que están encarcelados. Es un apostolado maravilloso.
Jesús nos recuerda lo que prometió a quienes ayuden y consuelen a los encarcelados: "Estuve preso y me fuisteis a visitar. Todo el bien que le habéis hecho a cada uno de estos necesitados, lo recibe como si me lo hubierais hecho a Mí mismo (Mt. 25, 40).
Paz y bien hermanos.





viernes, 28 de enero de 2011

EL GRANO DE MOSTAZA

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,26-34)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega.»
Dijo también: «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas.»
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado

Reflexión
La admiración se nos hace nuevamente hoy, al contemplar la grandiosidad que puede encerrarse en las cosas pequeñas: una semilla minúscula o unos gramos de levadura son algo que apenas admite ser medido, y sin embargo allí se aloja una magnitud insospechada, un hermoso pan henchido, un arbusto capaz de cobijar pájaros.

Tal vez estas parábolas sean explicación de mucho del ministerio de Jesús; quizá más de una vez los seguidores le llamaron iluso, haciéndole notar que eran pocos y mal avenidos y que los signos realizados por el Maestro alcanzaban a personas aisladas y pasaban inadvertidos a las mayorías menesterosas del pueblo.
En una cultura totalmente religiosa y de escasos conocimientos botánicos, estas parábolas orientaban la atención hacia algo que era considerado misterioso y que remitía al inconmensurable poder Dios. De ellas se sirve Jesús para ilustrar su enseñanza sobre lo misterioso del Reino que él proclama: “a vosotros se os ha dado a conocer el misterio del Reino de Dios…”.
Nosotros hoy podemos tener la misma falta de fe, o la misma sobra de escepticismo, que pudieron tener entonces los seguidores de Jesús. Él nos invita a mirar en profundidad y a saber valorar lo pequeño, el inmenso cúmulo de detalles minúsculos que a diario embellecen y ennoblecen nuestra vida por obra de quienes nos rodean, o con los que nosotros embellecemos la de otros. No perdamos de vista la fecundidad de la fe que los engendra y alimenta.
Paz y bien hermanos.



UN DÍA UN CONSEJO

"Si todo lo hemos recibido, ¿de qué podemos
  gloriarnos? (Padre Pío)

jueves, 27 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"No te pares voluntariamente en lo que el enemigo
  te presenta". (Padre Pío)

EVANGELIZAR: DON Y TAREA

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,21-25)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.»

Reflexión
El don se convierte en tarea; los discípulos de Jesús hemos sido iluminados y no podemos guardarnos para nosotros lo recibido. La luz no se destina a quedar escondida debajo de un cubo o de una cama; se la coloca en un lugar elevado, desde donde ilumine. Quienes hemos tenido la suerte de vislumbrar por dónde va el proyecto del Padre, no podemos ya permanecer callados: lo nuestro es ser pregoneros.

Esta llamada causa respeto en la actualidad. Conocemos el ridículo a que con frecuencia se somete al creyente en la secularizada Europa, y los medios de comunicación nos tienen al tanto de la persecución de cristianos en Iraq, Egipto y tantos otros lugares. Pero esto no es nuevo. El evangelio de Marcos muy probablemente se escribió para una comunidad que también era perseguida y rechazada; y ni siquiera en esa situación se le permitió adoptar la táctica del silencio o del disimulo, sino que se sintió llamada a proclamar la propia fe en medio de riesgos… Eso sí, el evangelista habla constantemente de un Jesús que, a través de la ignominia, camina hacia la gloria.
A esta exhortación al testimonio valiente se añaden un par de refranes. Quizá nunca lleguemos a saber en qué contexto o situación precisa los pronunció Jesús, pero en la redacción evangélica adquieren ciertamente un significado claro: Dios responderá con creces a lo que nosotros hagamos por su causa de Dios, con una medida remecida, rebosante. Pero quien no se preocupe por regalar a otros la luz que a él le fue dada (el conocimiento del misterio del Reino) acabará privado él mismo de ese gran tesoro: “lo que tiene se le quitará”.
Paz y bien hermanos.




miércoles, 26 de enero de 2011

PARÁBOLA DEL SEMBRADOR

Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,1-20)

En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y el gentío se quedó en la orilla. Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios; en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que por más que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y los perdonen.»
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la simiente como terreno pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno.»

Reflexión
De esta parábola de la siembra podemos hacer dos lecturas a distinto: una situándonos entre los oyentes de Jesús; otra en la comunidad cristiana de Marcos, que ya tiene un cierto rodaje.

Jesús parece hablar del sembrador impertérrito inaccesible al desaliento; cuando una
sementera se ha frustrado, realiza otra en condiciones algo diferentes, y así hasta lograr una cosecha superabundante, insospechada. Jesús anuncia que Dios se dispone a crear un mundo según su proyecto, a establecer su Reino, y quizá los discípulos sonríen irónicamente: “¡Qué ingenuo es! ¿No se da cuenta de que…?” Pero Jesús no se echa atrás; sabe que el “sí” de Dios es más fuerte que cualquier “no” de los hombres. Nadie puede sacar a Jesús de su confianza sin límites en el poder y la bondad del Padre.
Eso sí, él sabe que su mensaje no se capta con la simple audición; son indispensables unos mínimos de sintonía con él. Con una cita de Isaías. Generalmente no bien traducida en nuestros libros litúrgicos, afirma Jesús que “a los de fuera”, a quienes no se enrolan en su seguimiento, todo “les resulta un enigma”; pero a quienes han optado por él las parábolas les manifiestan el misterio del Reino de Dios. El romance medieval del conde Arnaldos concluía con aquella conocida advertencia:
“Respondióle el marinero, / tal respuesta le fue a dar /: yo no digo esa canción / sino a quien conmigo va”. Sólo quien ha optado por Jesús dispone de las claves para entender sus acciones y palabras. En cambio, “los de fuera…..”.
La explicación alegorizante de la parábola -probablemente ya no original de Jesús sino “suplemento” hermenéutico creado por la catequesis eclesial- responde a la experiencia de rodaje que ya tiene la comunidad del evangelista: entre la llamada de Jesús y nuestra capacidad auditiva pueden actuar interferencias que dificulten o incluso imposibiliten la escucha: la “instalación” o dureza, la superficialidad, el miedo al ridículo o al rechazo, la codicia, etc, pueden acabar ahogando lo que inicialmente se recibió como verdadero tesoro.
Paz y bien hermanos.






UN DÍA UN CONSEJO

"La tristeza es la muerte lenta del alma". (Padre Pío)

martes, 25 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Cuando hacéis el bien sois sólo un instrumento
   en las manos de Dios". (Padre Pío)

ID AL MUNDO ENTERO


Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,15-18)
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: «ld al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»

Reflexión
El concepto “conversión” debe aplicarse a Pablo con cautela; él nunca se tuvo a sí mismo por un converso ni se puso por sujeto del verbo “convertirse”. Antes y después del “camino de Damasco”, él estuvo siempre entregado a la causa de Dios, tal como él en cada momento la entendía. Era un judío creyente apasionado, que se vio en la obligación de “reducir” por la violencia a correligionarios que consideró desviados de la alianza del Sinaí. Pablo persiguió a judeocristianos no en cuanto cristianos sino en cuanto judíos “inconsecuentes”; intentó purificar la sinagoga.

Ciertamente la nueva Alianza establecida por Jesús suponía mucha relativización de la antigua; la acción y enseñanza de Jesús estaba en “continuidad discontinua” con la tradición de Israel. Fue mucho progreso en poco tiempo y se necesitaba mucha clarividencia para no considerar a Jesús –crítico con muchas prácticas- como un falso profeta. Al judío Saulo esta clarividencia se le concedió algo tardíamente; pero para Dios el tiempo cuenta poco; Pablo fue conquistado por Jesús muy a tiempo.
Solemos llamar “convertidos” a quienes entran en una nueva religión (sea desde el ateísmo o desde otra creencia); pero Pablo nunca consideró haber cambiado de religión, sino haber seguido las llamadas de la gracia para crecer en su fidelidad judía. En confrontación con judíos “menos evolucionados”, él llegará a decir a los cristianos que “los verdaderamente judíos somos nosotros, los que, dando culto según el espíritu de Dios, nos gloriamos en Cristo” .
Esta es la fidelidad a que la fiesta de hoy nos invita: ser siempre creyentes practicantes, pero nunca fanáticos autosuficientes; saber que estamos en la dirección correcta, pero que no poseemos toda la verdad; ser siempre buscadores de nueva luz y no resistirnos a la llamada a cambios en la propia espiritualidad. A veces nos convendría que Dios nos tirase por tierra y nos levantase desconocidos, hechos criaturas nuevas.
En Pablo este cambio fue tan radical que se le alumbró un nuevo sistema de valores: “lo que antes era para mí ganancia, lo tengo por pérdida desde que conocí a Cristo”.
Sólo personas con esas experiencias de renovación radical se lanzan a una tarea como la que emprendió Pablo, que hacia el final de sus días sintetizaba de forma autobiográfica el evangelio que hemos escuchado: “…con el poder de realizar signos y prodigios, con la fuerza del Espíritu de Dios…desde Jerusalén hasta la Iliria, y en todas las direcciones, lo he llenado todo del evangelio de Cristo”
Paz y bien hermanos.




LA CONVERSIÓN DE SAULO

La Sagrada Biblia, en el capítulo 9 de los Hechos de los Apóstoles, narra así La Conversión de San Pablo:

"Saulo, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote y le pidió cartas de recomendación para las sinagogas de los judíos de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores de Cristo, los pudiera llevar presos y encadenados a Jerusalén.
Y sucedió que yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo; cayó en tierra y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?". El respondió: ¿Quién eres tú Señor? Y oyó que le decían: "Yo soy Jesús a quien tú persigues. Pero ahora levántate; entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tendrás que hacer".
Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron de la mano y lo hicieron entrar en Damasco. Pasó tres días sin comer y sin beber.
Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo en una visión: ¡Ananías! El respondió: "Aquí estoy Señor" y el Señor le dijo: "Levántate. Vete a la calle Recta y pregunta en la casa de Judas por uno de Tarso que se llama Saulo; mira: él está en oración y está viendo que un hombre llamado Ananías entra y le coloca las manos sobre la cabeza y le devuelve la vista.
Respondió Ananías y dijo: "Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y de los males que ha causado a tus seguidores en Jerusalén, y que ha venido aquí con poderes de los Sumos Sacerdotes para llevar presos a todos los que creen en tu nombre".
El Señor le respondió: "Vete, pues a éste lo he elegido como un instrumento para que lleve mi nombre ante los que no conocen la verdadera religión y ante los gobernantes y ante los hijos de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre".
Fue Ananías. Entró en la casa. Le colocó sus manos sobre la cabeza y le dijo: "Hermano Saulo: me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías. Y me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo". Al instante se le cayeron de los ojos unas como escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado. Tomó alimento y recobró las fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y enseguida se puso a predicar en favor de Jesús, en las sinagogas o casas de oración, y decía que Jesús es el Hijo de Dios. Todos los que lo escuchaban quedaban admirados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén perseguía tan violentamente a los que invocaban el nombre de Jesús? Y ¿No lo habían enviado los Sumos Sacerdotes con cartas de recomendación para que se llevara presos y encadenados a los que siguen esa religión? "Pero Saulo seguía predicando y demostraba a muchos que Jesús es el Mesías, el salvador del mundo".
Saulo se cambió el nombre por el de Pablo. Y en la carta a los Gálatas dice: "Cuando Aquél que me llamó por su gracia me envió a que lo anunciara entre los que no conocían la verdadera religión, me fui a Arabia, luego volví a Damasco y después de tres años subí a Jerusalén para conocer a Pedro y a Santiago". Las Iglesias de Judea no me conocían pero decían: "El que antes nos perseguía, ahora anuncia la buena noticia de la fe, que antes quería destruir". Y glorificaban a Dios a causa de mí.
Apóstol San Pablo: que tu conversión sea como un ideal para todos y cada uno de nosotros. Que también en el camino de nuestra vida nos llame Cristo y nosotros le hagamos caso y dejemos nuestra antigua vida de pecado y empecemos una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.
Si lo que busco es agradar a la gente, no seré siervo de Cristo.
Paz y bien hermanos.


lunes, 24 de enero de 2011

LA BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,22-30)

En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.»
Él los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: «¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre.»
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Reflexión
Está claro que estos escribas o expertos en la Escritura no pueden negar los signos que Jesús realiza; entonces no les queda otra salida que buscar una interpretación torcida, malintencionada. En realidad lo que practican es el pretexto, la autodefensa frente a la llamada de Jesús a la conversión; y lo hacen descalificándole. Jesús establece con ellos una discusión en parte racional, en parte mediante una parábola quizá ya conocida de aquellas gentes.

La impenitencia no tiene excusa. Jesús acentúa la seriedad de su llamada y amenaza a quienes, consciente y deliberadamente, “se protegen” frente a la acción del Espíritu de Dios. Aquí resuena la invectiva de Jesús contra los fariseos con motivo de la curación del ciego de nacimiento; los fariseos preguntan a Jesús si también a ellos los tiene por ciegos, y la respuesta es enérgicamente condenatoria: “Si fuerais ciegos no tendríais pecado, pero, como decís que veis, la culpa permanece en vosotros” (Jn 9,41).
Jesús anuncia repetidas veces el perdón ilimitado del Padre; pero ese perdón no aplasta a quien lo rechace: la salvación no llega a quien deliberada y obcecadamente se sitúa fuera de ella; el que no quiere ver permanece siempre ciego.
A pesar de todo, en la breve parábola de Jesús brilla la esperanza y la oferta: Él es “el más fuerte” que ya tiene encadenado al “fuerte”. Por medio de Jesús la salvación se ha puesto en marcha. Los oprimidos por el mal sólo necesitan dejarse “tocar” por Él.
Paz y bien hermanos.





 

UN DÍA UN CONSEJO

"Reza en el silencio de tu corazón". (Padre Pío)

SAN FRANCISCO DE SALES

Hoy 24 de enero se recuerda a San Francisco de Sales,Obispo y patrono de los periodistas (1567-1622)
Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio "patrono de los periodistas".
Escribía como un ángel. De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura.
Montañés de cuerpo entero, nacido en los Alpes, en el castillo saboyano de Sales. Familia exquisita. Le llevan a estudiar a la universidad de París. Luego a Padua. Canónigo de Annecy, obispo auxiliar de Ginebra, líder de debates con los protestantes, apóstol de la región de Chablais. Vuelve a París, trata con san Vicente de Paul, en todas partes se le recibe con entusiasmo.
Hay un libro: "Introducción a la vida devota", cuarenta ediciones en vida del autor, y en aquello tiempos. Un libro utilizado muchísimo tiempo como lectura espiritual.
"¿No es una barbaridad -decía él- querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?"
Hay una amistad que no se puede olvidar: la que mantuvo con Juana Chantal; con ella fundó la Orden de la Visitación.
Una virtud: la dulzura de este hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio.
Respecto a esto, es una constante en la biografía de todo santo su lucha ascética a fin de aumentar su capacidad de autodominio. Pero para demostrar que esta virtud no se consigue de la noche a la mañana, he aquí un detalle precisamente referida a nuestro santo.
Se cuenta que al hacerle al autopsia, le encontraron su hígado endurecido como un piedra. Esto se explica por la enorme violencia que tuvo que hacerse este hombre de fuerte carácter para hacerse y aparecer amable, delicado y bondadoso en el trato.
Esa dulzura de la que hablamos antes, no le fue fácil conseguirla.
San Francisco de Sales escribió: "No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo"

domingo, 23 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Armaos con el arma de la oración y combatid
  como fuertes". (Padre Pío)

DEJARON LAS REDES Y LO SIGUIERON


Lectura del santo evangelio según san Mateo (4,12-23)

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftali. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló.»
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, al que llaman Pedro, y Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.

Reflexión
Los que se encuentran con Jesús y, abren los ojos y el corazón, sienten que hay algo diferente en ese hombre. No son muchos. Tienen nombre y apellidos. Son gente sencilla –pescadores sin estudios–. Pero su presencia tiene ese algo que hace que las personas tomen decisiones radicales y aparentemente irracionales. A la propuesta de Jesús de que le siguieran para ser “pescadores de hombres,” ellos “inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.” ¡Algo tenía que tener aquel hombre capaz de seducir con unas pocas palabras! ¡Algo se tenía que ver en él! Porque es casi seguro que aquellos pescadores no entendieron mucho ni lo que les decía ni lo que significaba su decisión de seguirle.

Así, de una forma humilde y sencilla, comienza el ministerio de Jesús. Así, de esa manera tan cercana, lejos del poder y la grandilocuencia a la que nos tienen acostumbrados los poderosos de este mundo, Dios se hace presente entre nosotros, camina con nosotros “curando las enfermedades y dolencias del pueblo” y nos invita a vivir en su reino.
Hoy somos nosotros sus testigos en este mundo, allá donde cada uno vive. La mejor pastoral será la que imite el estilo de Jesús, su sencillez y su cercanía. No hacen falta grandes programaciones ni alharacas. Tampoco es necesario andar contando y recontando los resultados. A Jesús eso no le importó. Le bastó con anunciar el reino y llegar al corazón de las personas con las que se encontró. Y dejar en ellas la huella del amor y la misericordia de Dios.
Paz y bien hermanos.





sábado, 22 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Los corazones fuertes y generosos se duelen
  sólo por grandes motivos". (Padre Pío)

SANTA LOCURA


Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,20-21)


En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.

Reflexión
Hoy vemos cómo los propios de la parentela de Jesús se atreven a decir de Él que «está fuera de sí». Una vez más, se cumple el antiguo proverbio de que «un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Ni que decir tiene que esta lamentación no “salpica” a María Santísima, porque desde el primero hasta el último momento —cuando ella se encontraba al pie de la Cruz— se mantuvo sólidamente firme en la fe y confianza hacia su Hijo.
Ahora bien, ¿y nosotros? ¡Hagamos examen! ¿Cuántas personas que viven a nuestro lado, que las tenemos a nuestro alcance, son luz para nuestras vidas, y nosotros...? No nos es necesario ir muy lejos: pensemos en el Papa Juan Pablo II: ¿cuánta gente le siguió, y... al mismo tiempo, cuántos le interpretaban como un “tozudo-anticuado”, celoso de su “poder”? ¿Es posible que Jesús —dos mil años después— todavía siga en la Cruz por nuestra salvación, y que nosotros, desde abajo, continuemos diciéndole «baja y creeremos en ti»?

O a la inversa. Si nos esforzamos por configurarnos con Cristo, nuestra presencia no resultará neutra para quienes interaccionan con nosotros por motivos de parentesco, trabajo, etc. Es más, a algunos les resultará molesta, porque les seremos un reclamo de conciencia. ¡Bien garantizado lo tenemos!: «Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros». Mediante sus burlas esconderán su miedo; mediante sus descalificaciones harán una mala defensa de su “poltronería”.
¿Cuántas veces nos tachan a los católicos de ser “exagerados”? Les hemos de responder que no lo somos porque en cuestiones de amor es imposible exagerar. Pero sí que es verdad que somos “radicales”, porque el amor es así de “totalizante”: «o todo, o nada»; «o el amor mata al yo, o el yo mata al amor».
Es por esto que el Santo Padre nos habló de “radicalismo evangélico” y de “no tener miedo”: «En la causa del Reino no hay tiempo para mirar atrás, y menos para dejarse llevar por la pereza» (Juan Pablo II).
Paz y bien hermanos.



viernes, 21 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Jamás desconfiéis de la misericordia de Dios".
  (Padre Pío)

ELECCIÓN DE LOS DOCE


Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,13-19)

En aquel tiempo, Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios. Así constituyó el grupo de los Doce: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges –los Truenos–, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Celotes y Judas Iscariote, que lo entregó.

Reflexión





jueves, 20 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Dios te ama y te ama mucho" (Padre Pío)

TÚ ERES EL HIJO DE DIOS

Santo Evangelio según San Marcos (3,7-12):

En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Reflexión



miércoles, 19 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Reavivad en todo momento vuestra confianza en Dios,
  sobretodo en la prueba". (Padre Pío)

EXTIENDE TU MANO


Santo Evangelio según San Marcos (3,1-6):
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Reflexión
Por si ayer no nos había quedado del todo claro, Jesús manifiesta a través de la curación del hombre de la mano paralizada, el verdadero sentido de la ley: la justicia y la misericordia con el prójimo. Jesús sabe que lo están observando, y que estos fariseos son gente poderosa e influyente. Jesús es valiente, o mejor dicho, el quedar bien no está por encima de la verdad que enseña y el amor que practica con esta curación. Le hubiese sido más fácil no meterse en problemas y dejar las cosas tal y como estaban, pues queda bastante mal delante de estos poderosos que lo “vigilaban” como nos matiza el evangelista Marcos.

Pues bien, nos confrontamos con la Palabra de hoy: ¿y tú? ¿Y yo? ¿Estamos liberados del dios “quedar bien”, del dios “apariencia”, del dios “ahora no que me están observando”? ¿Tenemos que crecer más en libertad? Yo al menos sí. La presión de hacer lo que otros hacen, o mejor dicho no hacer lo que no se suele hacer, de nadar contra corriente cuando se nos presenta la ocasión o las circunstancias no sitúan en nuestra vida ante determinadas decisiones que tomar, ¿somos libres? El que lo esté que tire la primera piedra. Yo al menos voy a orar hoy pidiéndole a Jesús que me dé un poco de su libertad, mezclada con valentía, que me libere del peso absurdo del qué dirán, que me haga más indiferente para no pensar tanto en si está bien visto o mal visto… No sé, cada uno sabe qué es aquello que le impide “curar” cuando le están vigilando. Pero todos queremos obrar con las actitudes de Jesús. ¡Señor, haznos crecer en ellas!
Paz y bien hermanos.



martes, 18 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Jesús te sostiene y te ayuda" (Padre Pío)

EL SÁBADO ES PARA EL HOMBRE


Santo Evangelio según San Marcos (2,23-28):

Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

Reflexión
Otra vez un conflicto relacionado con la práctica del amor que se ha puesto detrás de la ley. La mayoría de nuestros países presumen de ser democráticos; si algo caracteriza a la democracia es “el imperio de la ley”, a través del cual se articula un estado de derecho. Ya sabemos que la democracia tiene sus lagunas, aunque es mejor que otros sistemas políticos bastante deplorables y abusivos. A donde quiero ir a parar es que también nosotros hemos puesto demasiadas esperanzas en la ley. Cierto que la necesitamos para ordenar nuestra convivencia y para articular nuestra vida de fe. Pero Jesús no se cansa de advertirnos que tengamos cuidado de no contentarnos con su cumplimiento.

Una tentación fuerte es conformarnos con lo que “tenemos que hacer”, con lo “políticamente correcto”, y no ir más allá, no dar pasos, no arriesgar, no ser más pasionales y embriagarnos más. La ley nos orienta, pero también puede adormecernos y hacernos tibios. Revísate en poco con la Palabra de hoy: ¿eres de los que cumplen o de los que van más allá? ¿Te conformas con realizar tus obligaciones o tienes capacidad de salir más hacia afuera, al encuentro del otro? ¿Eres tibio o caliente? Porque el Evangelio nunca nos llama a estar quietos, sino a buscar siempre el rastro de la Vida en todos los acontecimientos y momentos de nuestra jornada. Para el cristiano la ley es un instrumento para amar más y mejor, no un fin en sí misma. Haz un breve repaso y pide al Señor luz para detectar aquellas normas y leyes que te atan desde hace tiempo y no te hacen más libre ni mejor cristiano/a, y pídele que te libere de ellas.
Paz y bien hermanos.



lunes, 17 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Temed el juicio de Dios, no el de los hombres"
  (Padre Pío)

VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS



Santo Evangelio según San Marcos (2,18-22):

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»
Jesús les contestó: «¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»

Reflexión
Hoy comprobamos cómo los judíos, además del ayuno prescrito para el Día de la Expiación observaban muchos otros ayunos, tanto públicos como privados. Eran expresión de duelo, de penitencia, de purificación, de preparación para una fiesta o una misión, de petición de gracia a Dios, etc. Los judíos piadosos apreciaban el ayuno como un acto propio de la virtud de la religión y muy grato a Dios: el que ayuna se dirige a Dios en actitud de humildad, le pide perdón privándose de aquellas cosas que, satisfaciéndole, le hubieran apartado de Él.

Que Jesús no inculque esta práctica a sus discípulos y a los que le escuchan, sorprende a los discípulos de Juan y a los fariseos. Piensan que es una omisión importante en sus enseñanzas. Y Jesús les da una razón fundamental: «¿Pueden acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?». El esposo, según la expresión de los profetas de Israel, indica al mismo Dios, y es manifestación del amor divino hacia los hombres (Israel es la esposa, no siempre fiel, objeto del amor fiel del esposo, Yahvé). Es decir, Jesús se equipara a Yahvé. Está aquí declarando su divinidad: llama a sus discípulos «los amigos del esposo», los que están con Él, y así no necesitan ayunar porque no están separados de Él.
La Iglesia ha permanecido fiel a esta enseñanza que, viniendo de los profetas e incluso siendo una práctica natural y espontánea en muchas religiones, Jesucristo la confirma y le da un sentido nuevo: ayuna en el desierto como preparación a su vida pública, nos dice que la oración se fortalece con el ayuno, etc.
Entre los que escuchaban al Señor, la mayoría serían pobres y sabrían de remiendos en vestidos; habría vendimiadores que sabrían lo que ocurre cuando el vino nuevo se echa en odres viejos. Les recuerda Jesús que han de recibir su mensaje con espíritu nuevo, que rompa el conformismo y la rutina de las almas avejentadas, que lo que Él propone no es una interpretación más de la Ley, sino una vida nueva.
Paz y bien hermanos.

domingo, 16 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Os exhorto a que tengáis los ojos siempre fijos
  en aquél que os guía". (Padre Pío)

HE CONTEMPLADO AL ESPÍRITU QUE BAJA DEL CIELO COMO UNA PALOMA, Y SE POSÓ SOBRE ÉL


Santo Evangelio según San Juan (1,29-34)
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Ése es aquel de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»

Reflexión
Acabadas ya las fiestas navideñas y celebrado el Bautismo de Jesús con aquellas palabras de fuerza: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”, nos disponemos para hacer camino ESCUCHÁNDOLE, para SER SUS DISCÍPULOS. Al estilo de María y de los apóstoles que verán los “signos” de Jesús e interiorizan su mensaje. Así, irá naciendo la FE en Jesús. Él es el signo definitivo.

En este segundo domingo del Tiempo Ordinario, el mensaje está lleno de esperanza y sigue presentándonos a Jesús. En la primera lectura, se nos dirá: “Tú eres mi siervo, de quien estoy orgulloso”; en el evangelio, será el mismo Juan, el Bautista, quien afirmará: “Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Siguiendo la línea del domingo pasado, la liturgia nos sigue aclarando quién es este “predilecto de Dios”, que ha sido bautizado en el Jordán y a quien merece la pena escuchar; Él mismo empezará a hablarnos en cualquier momento y sabremos con fidelidad su modo de entender la vida, su comprensión de Dios, de la oración, de la fraternidad…
Todo este mensaje nos pone a los creyentes en actitud de ACOGIDA, de ESCUCHA ante el acontecimiento de Jesús, a fin de interiorizar aquello que nos va proponiendo y ofreciendo. De esta forma, Él nos irá CONFIGURANDO para ser continuadores de su obra; esto es, del proyecto de Dios.
Paz y bien hermanos.



sábado, 15 de enero de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Si las tempestades crecen, no te preocupes,
  Jesús está contigo". (Padre Pío)

VEN Y SÍGUEME


Santo Evangelio según San Marcos (2,13-17)

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!»
Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»

Reflexión
Los fariseos consideraban pecadores y malas personas a quienes menospreciaban públicamente la ley de Dios y a los que ejercían profesiones despreciables. Este era el caso de los llamados “publicanos” , recaudadores de impuestos, a quienes consideraban tramposos además de traidores a la patria. Los impuestos que recaudaban se enviaban al emperador de Roma, que tenía dominada la tierra santa de Israel.

Pues bien, a esta clase de persona llama Jesús para que sea su discípulo. Con él y sus amigos se sienta a la mesa para celebrar una gran fiesta. Lo único que les pide es que se reconozcan enfermos y pecadores y se abran con humildad y fe a la acción salvífica de Dios: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Con la llamada de Leví, el de Alfeo, Jesús rompe las barreras de todo tipo de segregación y hace realidad la universalidad del evangelio para “buenos y malos”.
Levantarse después de estar sentado representa la ruptura de Leví con su pasado y el compromiso con una nueva vida. La casa es como el símbolo de la nueva familia que forman los llamados por Jesús a seguirle. Y juntos se sientan a la misma mesa para compartir la alegría de una nueva vida. Jesús es el centro de la comunidad y preside la mesa.
Los letrados y fariseos pensaban que los “publicanos” no podían salvarse, porque no sabían cuánto habían robado y, por tanto, tampoco sabían cuánto debían restituir. Para Jesús las cosas son muy diferentes: cuando hay un cambio profundo del corazón, todos sin distinción somos invitados al banquete, que el Padre ha preparado para sus hijos en su reino.
La primera lectura de hoy nos recuerda que “la palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón”. Esa palabra es la que nos lleva a los pies de Jesús para descubrir su proyecto sobre nuestra vida. El mismo texto nos invita: “acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente”.
Paz y bien hermanos.