domingo, 18 de noviembre de 2012

UN DÍA UN CONSEJO



"La Virgen es el atajo para llegar a Dios".
(Padre pío)



EVANGELIO: Marcos 13, 24-32

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «En aquellos días, después de una gran angustia, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros tambalearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes con gran poder y majestad; enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, de horizonte a horizonte.

Aprended de esta parábola de la higuera: Cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros suceder esto, sabed que él está cerca, a la puerta.
Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo se cumpla. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán, aunque el día y la hora nadie lo sabe, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo el Padre».

martes, 30 de octubre de 2012

Padre Pío, signo extraordinario de la presencia de Dios en la historia de los hombres.



Padre Pío signo de contradicción en un mundo descreído
 y alejado de Dios. 
Hoy en día su mensaje sigue siendo actual. 
Padre Pío, mucho más que el santo de los estigmas.

SAN PÍO DE PIETRELCINA, MODELO Y ESTÍMULO EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN



Quince días van a separar la fiesta litúrgica de San Pío de Pietrelcina (23 de septiembre) y el inicio del Sínodo de Obispos sobre «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana» (7 de octubre). Pero, ¿hay alguna relación entre estos dos hechos? La podemos encontrar.
En el Padre Pío, al menos desde su ingreso en la Orden capuchina el 6 de enero de 1903, a la edad de 15 años, hasta su muerte, acaecida el 23 de septiembre de 1968, sus deseos nunca quedaron en meros proyectos. Por lo mismo, las palabras que escribió a uno de sus dos directores espirituales, el padre Agustín, el 6 de mayo de 1913, cuando tenía sólo 25 años: «Quisiera volar para invitar a todas las criaturas a amar a Jesús, a amar a María», y las que le había escrito un año antes, el 1 de mayo de 1912: «Quisiera tener una voz muy fuerte, capaz de invitar a los pecadores de todo el mundo a amar a María», nos garantizan poder encontrar en él un óptimo «modelo y estímulo en la nueva evangelización».
En el Padre Pío no busquemos la terminología precisa que nos exigimos en la actualidad: evangelización, nueva evangelización, pastoral, pastoral de iniciación, pastoral catequética, pastoral de alejados, salvación, salvación de las personas y de las estructuras de la sociedad… Sus preocupaciones se centraron siempre en lo importante. Y, en el ministerio, buscó, y de forma decidida e incansable, el objetivo último de todo lo anterior: la salvación de las almas. Un término que, para él, encerraba el mismo contenido de los que nosotros usamos hoy: una salvación que culmina, sí, en el cielo, pero que comienza y se vive en esta tierra; una salvación que es para un ser, el hombre, formado de alma y cuerpo, y que vive en una sociedad, que puede ofrecerle ayudas o estorbos en esa salvación.
Las motivaciones para buscar que todas las criaturas amen a Jesús y amen a María y, como consecuencia, salven su alma, el Padre Pío las tenía muy fijas en su mente y mucho más en su corazón.  Entre otras, habría que señalar tres, que las encontramos en dos frases del Santo:
- En carta al padre Benedicto de 20 de noviembre de 1921, después de referirse al volcán de amor que Jesús ha encendido en su corazón, el Padre Pío le dice: «Todo se compendia en esto: estoy devorado por el amor de Dios y el amor del prójimo».
- Y entre los mensajes que el Capuchino ofrecía a los fieles antes del rezo diario del Ángelus, encontramos éste: «Recordemos que el Corazón de Jesús nos ha llamado no sólo para nuestra santificación, sino también para santificación de otras almas. Él quiere ser ayudado en la salvación de las almas».
En concreto: el Santo de Pietrelcina, devorado por el amor de Dios, que, como escribe San Pablo, «quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad»; devorado por un amor del prójimo que le urge a ofrecer a los hombres todo lo que les beneficia y, de modo especial, «la perla de gran valor»: el Reino de Dios; y consciente de que el Señor, además de llamarle a buscar la santificación de otras almas, le ha confiado, como afirma en una carta de noviembre de 1922, una «misión grandísima», no puede menos de entregarse con todas sus posibilidades a las más variadas formas de apostolado, tanto que podríamos llamarle, como a Francisco de Asís, el fundador de la Orden religiosa en la que se santificó y ejerció el ministerio sacerdotal, «el hombre todo apostólico».
¿Qué formas de apostolado ejercitó el Padre Pío? Muchas y tan variadas, como acabo de indicar, que es difícil enumerar todas. En relación a las mismas hay que decir:
- Que la realidad y la eficacia pastoral de algunas las comprendemos sin dificultad; como: el ejemplo de una Misa celebrada cada día «humildemente», en expresión de Pablo VI; la acogida con amor paternal en el confesonario, «de la mañana a la noche» en palabras del mismo Papa, a hombres y mujeres venidos de todo el mundo; el testimonio y la invitación a la devoción mariana de quien llevaba siempre el rosario en la mano y repetía una y otra vez: «Amad a la Virgen, haced que la amen, rezad siempre el rosario»; los mensajes, llenos de unción y de exigencia evangélica, que dirigía a los fieles antes del rezo del Ángelus a mediodía y al atardecer; las cartas de dirección espiritual que, entre los años 1910 y 1923, dirigió a destinatarios muy diversos y que, publicadas en cuatro gruesos volúmenes, siguen ofreciendo una muy rica espiritualidad a los que se acercan a ellas; los escritos que, redactados por sus “secretarios”, en muchos casos después de consultarle el contenido de los mismos, y bendecidos por él, salían hacia los cinco continentes, en respuesta a los cientos de cartas que le llegaban pidiéndole oraciones, consejos, curaciones…, la bendición; las incontables estampas que, con un breve mensaje espiritual suyo al reverso, fue entregando a sus devotos a lo largo de su vida…
- Que en aquellas cuya eficacia sólo se descubre a la luz de la fe, el Padre Pío nos ofrece una valiosa ayuda en los mensajes de sus cartas. En referencia a la oración, por ejemplo, escribe: «Las oraciones que tú me pides no te faltan nunca porque no puedo olvidarme de ti... a quien he dado a luz a la vida de Dios con el dolor más intenso del corazón». ¿Tenían sentido sus lágrimas de dolor y arrepentimiento? Éstas son sus palabras: «Tengo que decirte que Jesús tiene necesidad de quien llore por la iniquidad de los hombres y por este motivo me lleva por los caminos del sufrimiento». Pablo VI le llamó: «Hombre de sufrimiento»; y, si deseó y pidió al Señor la gracia de sufrir, fue por este motivo: «Él se elige algunas almas, y entre ellas, aunque soy totalmente indigno, ha elegido la mía, para ser ayudado en la gran empresa de salvar a los hombres. Y cuanto más sufren estas almas sin consuelo alguno, más se aligeran los sufrimientos del buen Jesús. He aquí el motivo por el que deseo sufrir cada día más y sin consuelo alguno». No podemos olvidar su ofrenda, tantas veces repetida y actualizada en cada Misa, de víctima por la salvación de todos. Lo hacía con este deseo: «Enciende, Jesús, aquel fuego que viniste a traer a la tierra, para que, consumido por él, me inmole sobre el altar de tu caridad, como holocausto de amor, para que reines en mi corazón y en el corazón de todos; y de todos y de todas partes se eleve hacia ti un mismo cántico de alabanza, de bendición, de agradecimiento por el amor que nos has demostrado»…
- Que la realidad y la eficacia de otras, como la de la “bilocación”, nos quedarán, al menos en gran medida, en el misterio. La bilocación que le aconteció el 18 de enero de 1905, a los 17 años de edad, la cuenta él mismo al padre Agustín, su confesor de entonces. En cartas de dirección espiritual deja constancia de al menos cuatro bilocaciones, con un detalle muy significativo: pedir a los destinatarios, al parecer nada obedientes, que rompan esas cartas nada más leerlas. En junio de 1921, aunque con mucha repugnancia, tiene que hablar de otras bilocaciones porque el Visitador apostólico enviado por la Santa Sede, el carmelita Rafael Carlos Rossi, así se lo exige. Y son muchos los testimonios que afirman haber sido visitados o haber visto al Padre Pío fuera de San Giovanni Rotondo e incluso fuera de Italia y de Europa.
El Padre Pío no se contentó con ser él un instrumento del Señor en la salvación de las almas; ayudó a otros muchos a serlo. Les recalcaba la misión apostólica propia de todo bautizado; les aconsejaba los medios sencillos de apostolado que están al alcance de todos; y no olvidaba los que nos permiten llegar a todo el mundo. Sirvan estos tres ejemplos:
- A sus Grupos de Oración les pedía, como fruto de la oración, ser en medio del mundo «levadura de Evangelio y faros de amor».
 - A los médicos del hospital “Casa Alivio del Sufrimiento”, promovido por él en San Giovanni Rotondo, les insistía: «Vosotros, los médicos... tenéis la misión de curar al enfermo; pero, si no lleváis amor al lecho del enfermo, no creo que las medicinas sirvan de mucho... Sed portadores de Dios para los enfermos; eso será más útil que cualquier otro cuidado».
 -Y repetía con frecuencia: «Salvar almas orando siempre».
Elías Cabodevilla Garde,
                                                                                                                                                                            sacerdote capuchino

Entronizan imagen del Padre Pío en la Catedral de México

Una escultura de bronce con la imagen de San Pío de Pietrelcina fue instalada en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores de la Catedral Primada de México.

La escultura del Padre Pío es de tamaño natural, mide 1.68 metros de altura. La obra fue fundida en España por Luis Uzín Larrañaga quien estudio arte en Florencia, Italia con Gustavo Giulietti y en Pietrasanta con Armanod Basile. Algunos de sus trabajos se encuentran en Instituciones de España e Italia.

La entronización de esta obra tuvo lugar el 14 de Octubre y fue bendecida por el Cardenal Norberto Rivera Carrera al término de la misa dominical; en los próximos días, también ingresará a la Catedral una reliquia de primer grado del Padre Pío, según informó en entrevista el sacerdote capuchino Tomás Chávez.


¿A qué se parece el reino de Dios?

Envíame Señor a anunciar Tu Palabra

Juntos cambiaremos el mundo

domingo, 28 de octubre de 2012

Nuevo grupo de oración del Padre Pío en Barakaldo Bizkaia en la Parroquia Santa Teresa



Un nuevo grupo de oración del Padre Pío comenzará su andadura en el mes de diciembre. 
El lugar será en la Parroquia Santa Teresa de Barakaldo Bizkaia.
Doy gracias a Dios y al Padre Pío por esta gran alegría.
Ya somos tres grupos en Bizkaia; Uno en la localidad de Bermeo en la Parroquia Santa María, el segundo en Bilbao, en la Parroquia del Carmen de Indautxu y este tercero en Barakaldo en la Parroquia de Santa Teresa. 
A todo aquel que lea este blog le animo a crear un nuevo grupo de oración del Padre Pío, colaboremos en la nueva evangelización. Seas de donde seas, estés donde estés, anímate y forma un grupo de oración del Padre Pío, estarás orientado por un sacerdote capuchino, protegido por el Padre Pío y harás mucho bien en este mundo tan alejado de Dios.

martes, 9 de octubre de 2012

El best seller de José María Zavala sobre el Padre Pío arranca con fuerza en Brasil





7ª edición en España, 20.000 vendidos 




«Padre Pío. Los milagros desconocidos del santo de los estigmas» se ha convertido en la obra de referencia sobre la presencia del santo hoy. 

De manera prácticamente simultánea se ha impreso en España la 7ª edición de Padre Pío. Los milagros desconocidos del santo de los estigmas (LibrosLibres, 20.000 ejemplares vendidos) y ha aparecido en Brasil la primera edición en portugués, Padre Pio. Os milagres desconhecidos do santo dos estigmas (Paulus), llamada a reforzar y fomentar la devoción al santo de Petrelcina justo en los meses anteriores a la JMJ de Río de Janeiro, que tendrá lugar del 23 al 28 de julio de 2013 en la ciudad sobre la que reina el Cristo de Corcovado. También sucedió así en España, donde la obra original apareció en el otoño de 2010, poco más de medio año antes de la JMJ de Madrid.

Convertido en auténtico best seller, Padre Pío ha figurado continuamente desde su publicación en el prestigioso listado de libros religiosos más vendidos que elabora cada trimestre la distribuidora Soluziono (antes Gesedi), un éxito que ha disparado el interés en otros países. Fuentes de la editorial apuntan a una posible edición italiana en los próximos meses.

La repercusión del texto no se tradujo solamente en cifras de venta: también en elimpacto cualitativo más importante, a saber, nuevos milagros y conversiones con los que el santo deja señal de su poderosa intercesión. De hecho, cuando ya se llevaban publicadas cuatro ediciones hubo que preparar una quinta edición ampliada, que incluyó un capítulo con la repercusión del libro: curaciones y cambios de vida que habían tenido lugar a consecuencia de su lectura, y nuevos testimonios de personas que habían conocido al Padre Pío a través de estas páginas, un conocimiento que les había cambiado por dentro. Este capítulo se ha mantenido ya como parte integrante del libro en todas las ediciones posteriores. 

NUEVO LIBRO SOBRE EL PADRE PÍO



Este libro se centra en la vida del padre Pío, concretamente en el período que va de 1909 a 1916: siete años que el Santo pasa en su pequeña ciudad natal a causa de misteriosas enfermedades físicas, que se agravan cada vez que el fraile regresa a su comunidad. Por el contrario, cuando vuelve a Pietrelcina, a su familia, se recupera de forma insospechada, hasta el punto de que sus superiores optan por concederle una estancia prolongada en su ciudad natal. Durante estos largos años en Pietrelcina, el padre Pío estudiará Teología y profundizará en el conocimiento de obras de espiritualidad, sobre todo de santa Teresa de Jesús y de san Juan de la Cruz. Y será precisamente durante estos años cuando el santo capuchino viva acontecimientos singulares, como el de los estigmas.

lunes, 24 de septiembre de 2012

SAN PÍO DE PIETRELCINA, MODELO Y ESTÍMULO EN LA NUEVA EVANGELIZACIÓN



Quince días van a separar la fiesta litúrgica de San Pío de Pietrelcina (23 de septiembre) y el inicio del Sínodo de Obispos sobre «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana» (7 de octubre). Pero, ¿hay alguna relación entre estos dos hechos? La podemos encontrar.
En el Padre Pío, al menos desde su ingreso en la Orden capuchina el 6 de enero de 1903, a la edad de 15 años, hasta su muerte, acaecida el 23 de septiembre de 1968, sus deseos nunca quedaron en meros proyectos. Por lo mismo, las palabras que escribió a uno de sus dos directores espirituales, el padre Agustín, el 6 de mayo de 1913, cuando tenía sólo 25 años: «Quisiera volar para invitar a todas las criaturas a amar a Jesús, a amar a María», y las que le había escrito un año antes, el 1 de mayo de 1912: «Quisiera tener una voz muy fuerte, capaz de invitar a los pecadores de todo el mundo a amar a María», nos garantizan poder encontrar en él un óptimo «modelo y estímulo en la nueva evangelización».
En el Padre Pío no busquemos la terminología precisa que nos exigimos en la actualidad: evangelización, nueva evangelización, pastoral, pastoral de iniciación, pastoral catequética, pastoral de alejados, salvación, salvación de las personas y de las estructuras de la sociedad… Sus preocupaciones se centraron siempre en lo importante. Y, en el ministerio, buscó, y de forma decidida e incansable, el objetivo último de todo lo anterior: la salvación de las almas. Un término que, para él, encerraba el mismo contenido de los que nosotros usamos hoy: una salvación que culmina, sí, en el cielo, pero que comienza y se vive en esta tierra; una salvación que es para un ser, el hombre, formado de alma y cuerpo, y que vive en una sociedad, que puede ofrecerle ayudas o estorbos en esa salvación.
Las motivaciones para buscar que todas las criaturas amen a Jesús y amen a María y, como consecuencia, salven su alma, el Padre Pío las tenía muy fijas en su mente y mucho más en su corazón.  Entre otras, habría que señalar tres, que las encontramos en dos frases del Santo:
- En carta al padre Benedicto de 20 de noviembre de 1921, después de referirse al volcán de amor que Jesús ha encendido en su corazón, el Padre Pío le dice: «Todo se compendia en esto: estoy devorado por el amor de Dios y el amor del prójimo».
- Y entre los mensajes que el Capuchino ofrecía a los fieles antes del rezo diario del Ángelus, encontramos éste: «Recordemos que el Corazón de Jesús nos ha llamado no sólo para nuestra santificación, sino también para santificación de otras almas. Él quiere ser ayudado en la salvación de las almas».
En concreto: el Santo de Pietrelcina, devorado por el amor de Dios, que, como escribe San Pablo, «quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad»; devorado por un amor del prójimo que le urge a ofrecer a los hombres todo lo que les beneficia y, de modo especial, «la perla de gran valor»: el Reino de Dios; y consciente de que el Señor, además de llamarle a buscar la santificación de otras almas, le ha confiado, como afirma en una carta de noviembre de 1922, una «misión grandísima», no puede menos de entregarse con todas sus posibilidades a las más variadas formas de apostolado, tanto que podríamos llamarle, como a Francisco de Asís, el fundador de la Orden religiosa en la que se santificó y ejerció el ministerio sacerdotal, «el hombre todo apostólico».
¿Qué formas de apostolado ejercitó el Padre Pío? Muchas y tan variadas, como acabo de indicar, que es difícil enumerar todas. En relación a las mismas hay que decir:
- Que la realidad y la eficacia pastoral de algunas las comprendemos sin dificultad; como: el ejemplo de una Misa celebrada cada día «humildemente», en expresión de Pablo VI; la acogida con amor paternal en el confesonario, «de la mañana a la noche» en palabras del mismo Papa, a hombres y mujeres venidos de todo el mundo; el testimonio y la invitación a la devoción mariana de quien llevaba siempre el rosario en la mano y repetía una y otra vez: «Amad a la Virgen, haced que la amen, rezad siempre el rosario»; los mensajes, llenos de unción y de exigencia evangélica, que dirigía a los fieles antes del rezo del Ángelus a mediodía y al atardecer; las cartas de dirección espiritual que, entre los años 1910 y 1923, dirigió a destinatarios muy diversos y que, publicadas en cuatro gruesos volúmenes, siguen ofreciendo una muy rica espiritualidad a los que se acercan a ellas; los escritos que, redactados por sus “secretarios”, en muchos casos después de consultarle el contenido de los mismos, y bendecidos por él, salían hacia los cinco continentes, en respuesta a los cientos de cartas que le llegaban pidiéndole oraciones, consejos, curaciones…, la bendición; las incontables estampas que, con un breve mensaje espiritual suyo al reverso, fue entregando a sus devotos a lo largo de su vida…
- Que en aquellas cuya eficacia sólo se descubre a la luz de la fe, el Padre Pío nos ofrece una valiosa ayuda en los mensajes de sus cartas. En referencia a la oración, por ejemplo, escribe: «Las oraciones que tú me pides no te faltan nunca porque no puedo olvidarme de ti... a quien he dado a luz a la vida de Dios con el dolor más intenso del corazón». ¿Tenían sentido sus lágrimas de dolor y arrepentimiento? Éstas son sus palabras: «Tengo que decirte que Jesús tiene necesidad de quien llore por la iniquidad de los hombres y por este motivo me lleva por los caminos del sufrimiento». Pablo VI le llamó: «Hombre de sufrimiento»; y, si deseó y pidió al Señor la gracia de sufrir, fue por este motivo: «Él se elige algunas almas, y entre ellas, aunque soy totalmente indigno, ha elegido la mía, para ser ayudado en la gran empresa de salvar a los hombres. Y cuanto más sufren estas almas sin consuelo alguno, más se aligeran los sufrimientos del buen Jesús. He aquí el motivo por el que deseo sufrir cada día más y sin consuelo alguno». No podemos olvidar su ofrenda, tantas veces repetida y actualizada en cada Misa, de víctima por la salvación de todos. Lo hacía con este deseo: «Enciende, Jesús, aquel fuego que viniste a traer a la tierra, para que, consumido por él, me inmole sobre el altar de tu caridad, como holocausto de amor, para que reines en mi corazón y en el corazón de todos; y de todos y de todas partes se eleve hacia ti un mismo cántico de alabanza, de bendición, de agradecimiento por el amor que nos has demostrado»…
- Que la realidad y la eficacia de otras, como la de la “bilocación”, nos quedarán, al menos en gran medida, en el misterio. La bilocación que le aconteció el 18 de enero de 1905, a los 17 años de edad, la cuenta él mismo al padre Agustín, su confesor de entonces. En cartas de dirección espiritual deja constancia de al menos cuatro bilocaciones, con un detalle muy significativo: pedir a los destinatarios, al parecer nada obedientes, que rompan esas cartas nada más leerlas. En junio de 1921, aunque con mucha repugnancia, tiene que hablar de otras bilocaciones porque el Visitador apostólico enviado por la Santa Sede, el carmelita Rafael Carlos Rossi, así se lo exige. Y son muchos los testimonios que afirman haber sido visitados o haber visto al Padre Pío fuera de San Giovanni Rotondo e incluso fuera de Italia y de Europa.
El Padre Pío no se contentó con ser él un instrumento del Señor en la salvación de las almas; ayudó a otros muchos a serlo. Les recalcaba la misión apostólica propia de todo bautizado; les aconsejaba los medios sencillos de apostolado que están al alcance de todos; y no olvidaba los que nos permiten llegar a todo el mundo. Sirvan estos tres ejemplos:
- A sus Grupos de Oración les pedía, como fruto de la oración, ser en medio del mundo «levadura de Evangelio y faros de amor».
 - A los médicos del hospital “Casa Alivio del Sufrimiento”, promovido por él en San Giovanni Rotondo, les insistía: «Vosotros, los médicos... tenéis la misión de curar al enfermo; pero, si no lleváis amor al lecho del enfermo, no creo que las medicinas sirvan de mucho... Sed portadores de Dios para los enfermos; eso será más útil que cualquier otro cuidado».
 -Y repetía con frecuencia: «Salvar almas orando siempre».
Elías Cabodevilla Garde,
sacerdote capuchino

domingo, 27 de mayo de 2012

UN DÍA UN CONSEJO

"Nos conviene esforzarnos mucho para llegar a ser santos
  y para servir intensamente a Dios y al prójimo"
                                      (Padre Pío)

RECIBID EL ESPÍRITU SANTO



Texto del Evangelio (Jn 20,19-23)



Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Reflexión
Hoy, en el día de Pentecostés se realiza el cumplimiento de la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo». La venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio pascual.

El Espíritu que Jesús comunica crea en el discípulo una nueva condición humana y produce unidad. Cuando el orgullo del hombre le lleva a desafiar a Dios construyendo la torre de Babel, Dios confunde sus lenguas y no pueden entenderse. En Pentecostés sucede lo contrario: por gracia del Espíritu Santo, los Apóstoles son entendidos por gentes de las más diversas procedencias y lenguas.

El Espíritu Santo es el Maestro interior que guía al discípulo hacia la verdad, que le mueve a obrar el bien, que lo consuela en el dolor, que lo transforma interiormente, dándole una fuerza, una capacidad nuevas.

El primer día de Pentecostés de la era cristiana, los Apóstoles estaban reunidos en compañía de María, y estaban en oración. El recogimiento, la actitud orante es imprescindible para recibir el Espíritu. «De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno».

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a predicar valientemente. Aquellos hombres atemorizados habían sido transformados en valientes predicadores que no temían la cárcel, ni la tortura, ni el martirio. No es extraño; la fuerza del Espíritu estaba en ellos.

El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es el alma de mi alma, la vida de mi vida, el ser de mi ser; es mi santificador, el huésped de mi interior más profundo. Para llegar a la madurez en la vida de fe es preciso que la relación con Él sea cada vez más consciente, más personal. En esta celebración de Pentecostés abramos las puertas de nuestro interior de par en par.






Feliz Pentecostés. 


Que el Espíritu Santo descienda generoso de dones.

viernes, 25 de mayo de 2012

UN DÍA UN CONSEJO

" Limpia tu corazón de toda pasión terrena, humíllate
   en el polvo y ora. De ese modo encontrarás la certeza
   de Dios que te dará serenidad y paz".   (Padre Pío)

FELIZ CUMPLEAÑOS PADRE PÍO



El Padre Pío en el siglo Francesco Forgione, nació en Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Nació en una familia humilde donde el papá Grazio Forgione y la mamá Maria Giuseppa Di Nunzio ya tenían otros hijos.
Desde la tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de consagrarse totalmente a Dios y este deseo lo distinguiera de sus coetáneos. Tal "diversidad" fue observada de sus parientes y de sus amigos. Mamá Peppa contó - "no cometió nunca ninguna falta, no hizo caprichos, siempre obedeció a mí y a su padre, cada mañana y cada tarde iba a la iglesia a visitar a Jesús y a la Virgen. Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije: "Francì sal un poco a jugar. Él se negó diciendo: no quiero ir porque ellos blasfeman". Del diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fuè uno de los directores espirituales del Padre Pío, se enteró de que el Padre Pío, desde el 1892, cuando apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias carismáticas espirituales. Los Éxtasis y las apariciones fueron tan frecuentes que al niño le pareció que eran absolutamente normales.



"Mi amado Padre Pío, mis deseos de felicidad en el día de aniversario de tu nacimiento. Ya que gozas de la gloria y de la felicidad eterna, extiende este gran deseo de felicidad a todos tus hijos espirituales que seguro ha recordado con gran amor este día. ¡Zorionak Aita Pio!  ¡Eskerrikasko danagaitik! 
¡Asko maite zaitut!




domingo, 6 de mayo de 2012

UN DÍA UN CONSEJO

"Oh María, madre dulcísima, mediadora y dispensadora de todas las gracias: desde lo más íntimo de mi corazón te ruego que hoy, mañana y siempre des gracias a Jesús, fruto bendito de tu vientre".
                                        (Padre Pío)

EL MES DE LA HERMOSA MAMITA




María fue la primera en poner en práctica el Evangelio en toda su perfección, con todas sus exigencias incluso antes de que fuera escrito. Con estas sencillas palabras, el Padre Pío dibujaba el verdadero rostro de la Madre de Cristo.


El Padre Pío llamaba el mes de mayo: “el mes de la hermosa mamita”. 
El 1 de mayo de 1912, él escribía a su padre espiritual: “¡oh el hermoso mes de mayo! El más bonito del año. Si, padre mío ¡este mes nos recuerda muy bien las dulzuras y la belleza de María! Pensando en los muchos beneficios que me ha hecho esta querida Mamita, tengo vergüenza de mí mismo por no haberla amado y servido lo bastante: en cambio, a sus cuidados afectuosos he respuesto con ingratitudes”
“El mes de mayo para mí es el mes de las gracias y este año espero recibir dos: que me recoja consigo para no seguir viendo esas caras feas (demonios); la otra, usted la conoce. Quisiera tener una voz poderosa para invitar a todos los pecadores del mundo a amar a la Virgen”




“Su amor a la Virgen era muy grande -cuenta un sacerdote-. Recuerdo que una vez le pedimos a Padre Pío, en la fiesta de la Asunción, un pensamiento sobre la Virgen para ese día. Se le iluminó el rostro y sollozando nos dijo:”Hijos míos amemos a la Virgen. Ella (y aquí se emocionó) es nuestra Madre”. También nosotros nos pusimos a llorar, confundidos y humillados ante a tanto amor”.
Un día Cleonice Morcaldi, su hija espiritual, le preguntó a Padre Pío:
- Padre, ¿la Virgen viene uno que otro día a su celda?
-Mejor di -le contestó Padre Pío- si algún día no viene…
-¿Se le aparece como en Lourdes?- siguió preguntando atrevida Cleonice
-Eh, si. Allá se apareció ., pero aquí nada.
-¡Oh qué paraíso, Padre” Dígame un pensamiento sobre la grandeza de María para que me anime a amarla.
-¿No te basta saber que es Madre de Dios?¿Que todos los ángeles y santos no llegan a alabarla dignamente? Dios es el Padre del Verbo, María es la Madre del Verbo, hecho carne. Nada nos concede el Señor si no pasa por las manos de la Reina del Cielo. Si Dios es la fuente de agua viva, María es el acueducto que la lleva a nosotros. Ámala en la tierra y la contemplarás en el cielo.




Su amor a la Virgen lo expresaba en particular con el rezo del Santo rosario, que llevaba siempre enrollado en la mano o en el brazo, como si fuera un arma siempre empuñada.

lunes, 30 de abril de 2012

UN DÍA UN CONSEJO

"Camina con alegría y con un corazón lo más sincero
  y abierto que puedas; y cuando no puedas mantener  
  esta santa alegría, al menos no pierdas nunca el valor
  y la confianza en Dios"         (Padre Pío)

EL SEÑOR ES MI PASTOR


El Señor es mi pastor, nada me falta.
En prados de hierba fresca me hace reposar,
me conduce junto a fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.

Me guía por el camino justo,
haciendo honor a su Nombre.
Aunque pase por un valle tenebroso,
ningún mal temeré,
porque Tú estás conmigo.

Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
Me preparas un banquete
en frente de mis enemigos,
perfumas con ungüento mi cabeza
y mi copa rebosa.

Tu amor y tu bondad me acompañan
todos los días de mi vida;
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

viernes, 27 de abril de 2012

UN DÍA UN CONSEJO

"Sufrir es de todos , saber sufrir es de pocos".
                          (Padre Pío)

martes, 24 de abril de 2012

Retiro Espiritual bajo la espiritualidad del Padre Pío en Bilbao




Esto es una verdadera avalancha, un regalo tras otro. ¡Oh, Dios mío, a Ti toda alabanza! 
El pasado sábado día 21 de abril  del 2012, se llevó a cabo un Retiro Espiritual, bajo la espiritualidad del Padre Pío de Pietrelcina. 



Lo impartió el sacerdote capuchino Fray Elías Cabodebilla Garde , máximo conocedor en todo lo relacionado con el Padre Pío y su espiritualidad. Requerido nacional e internacionalmente para conferencias y retiros,  de laicos y religiosos. Traía consigo una reliquia del santo, un "mitón" o guante cortado que deja ver los dedos, que el Padre Pío utilizaba para proteger y ocultar los estigmas de las manos.


El retiro se realizó en los locales Barria en la Plaza Nueva de Bilbao (Casco Viejo). 
Comenzó sobre las 10:00 de la mañana y llegó a término sobre las 19:00 , antes de finalizar se celebró una Eucaristía.
La asistencia rondó las 40 personas, animadas a volver a repetir; ya que la experiencia ha sido altamente positiva, esclarecedora y de crecimiento espiritual.


Encontrarse en la escuela de oración del Padre Pío es todo un regalazo de Dios que ha llegado hasta Bilbao por primera vez.
Gracias, humilde Padre Pío, por todos estos regalos del cielo.
¡Animaos y acudid al próximo retiro, merece la pena! 

(Oración pronunciada por Juan Pablo II en la Misa de canonización del padre Pío celebrada el 16 de Junio de 2002) 


Humilde y amado Padre Pío;
enséñanos también a nosotros, te pedimos, 
la humildad del corazón, 
para formar parte de los pequeños del Evangelio, 
a quienes el Padre les ha prometido 
revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, 
seguros de que Dios conoce lo que 
necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz 
de reconocer con prontitud 
en los pobres y en los que sufren 
el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate 
y de la prueba y, si caemos, 
haz que experimentemos 
la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción 
a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación 
terrena hacia la patria bienaventurada, 
donde esperamos llegar también nosotros 
para contemplar para siempre 
la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

viernes, 30 de marzo de 2012

GRUPO DE ORACIÓN DEL PADRE PÍO EN BILBAO


¡Una gran noticia! ha nacido un nuevo grupo de oración del Padre Pío en Bilbao (Bizkaia). ¡Gracias Señor, gracias, gracias por tu inmensa bondad! ¡Tú, Señor, siempre das el cien por uno! ¡Alábente pués los cielos y la tierra, cada una de tus criaturas, toda la creación! ¡El Señor es grande! ¡El Señor es ternura!

El día de ayer, 29 de marzo del 2012, en la Parroquia del Carmen de Indautxu (Bilbao) a las 6h de la tarde se dió inicio al grupo con el primer encuentro de oración. La asistencia de 16 personas fue todo un regalo del cielo. La frecuencia de los encuentros será quincenal, los jueves.



Este grupo es fruto de una conferencia sobre el Padre Pío, que se realizó el 14 de diciembre del 2011 en un local de la misma Parroquia del Carmen.




El ponente de la conferencia fue Fry. Elías Cabodevilla Garde, sacerdote capuchino, el mayor especialista en todo lo referente a San Pío de Pietrelcina, «Padre Pío».
La conferencia se realizó gracias a la ayuda inestimable de el Obispo de Bilbao Don Mario Izeta y al director de la revista de San Antonio " El pan de los pobres"  en Bilbao, Luis Fernando Zayas. Y ante todo; a la gracia de Dios.
Gracias a todos por el apoyo ofrecido y por haber hecho realidad este sueño. 

domingo, 15 de enero de 2012

UN DÍA UN CONSEJO

"Busquemos servir al Señor con todo el corazón
  y con toda la voluntad. Nos dará siempre mucho 
  más de lo que merecemos".   (Padre Pío)

¡MAESTRO! ¿DÓNDE VIVES?



Santo Evangelio Jn 1,35-42
En aquel tiempo, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?». Ellos le respondieron: «Rabbí —que quiere decir “Maestro”— ¿dónde vives?». Les respondió: «Venid y lo veréis». Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste se encuentra primeramente con su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» —que quiere decir, Cristo—. Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» —que quiere decir, “Piedra”.


REFLEXIÓN
¡Es Cristo que pasa!
Debían ser las cuatro de la tarde cuando, viendo que dos chicos le seguían, se ha girado para preguntarles: «Qué buscáis?». Y ellos, sorprendidos por la pregunta, han respondido: «‘Rabbí, que quiere decir “Maestro”, ¿dónde vives?». ‘Venid y lo veréis’».
También yo sigo a Jesús, pero... ¿qué quiero?, ¿qué busco? Es Él quien me lo pregunta: «De verdad, ¿qué quieres?». ¡Oh!, si fuera suficiente mente audaz para decirle: «Te busco a ti, Jesús», seguro que le habría encontrado, «porque todo el que busca encuentra». Pero soy demasiado cobarde y le respondo con palabras que no me comprometen demasiado: «¿Dónde vives?».
Jesús no se conforma con mi respuesta, sabe demasiado bien que no es un montón de palabras lo que necesito, sino un amigo, el Amigo: Él. Por esto me dice: «Ven y lo verás», «venid y lo veréis».
Juan y Andrés, los dos mozos pescadores, fueron con Él, «vieron dónde vivía y se quedaron con Él aquel día». Entusiasmado por el encuentro, Juan podrá escribir: «La gracia y la verdad se han hecho realidad por Jesucristo». ¿Y Andrés? Correrá a buscar a su hermano para hacerle saber: «Hemos encontrado al Mesías». «Y le llevó donde Jesús. Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: ‘Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas’, que quiere decir “Piedra”».

¡Piedra!, ¿Simón, una piedra? Ninguno de ellos está preparado para comprender estas palabras. No saben que Jesús ha venido a levantar su Iglesia con piedras vivas. Él tiene ya escogidos los dos primeros sillares, Juan y Andrés, y ha dispuesto que Simón sea la roca en la que se apoye todo el edificio.