jueves, 31 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Si Dios te deja caer en alguna debilidad, no es para
  abandonarte, sino sólo para afianzarte en la humildad
  y hacerte más atenta en el futuro". (Padre Pío)

DESPIÉRTAME SEÑOR


¡Despiértame, Señor!
Cuando me encierro en mí,
no existe nada:
ni tu cielo y tus montes,
tus vientos y tus mares;
ni tu sol,
ni la lluvia de estrellas.

Ni existen los demás
ni existes Tu,
ni existo yo.

A fuerza de pensarme, me destruyo.
Y una oscura soledad me envuelve,
y no veo nada
y no oigo nada.

Cúrame, Señor, cúrame por dentro,
como a los ciegos, mudos y leprosos,
que te presentaban.

Yo me presento.
Cúrame el corazón, de donde sale,
lo que otros padecen
y donde llevo mudo y reprimido
El amor tuyo, que les debo.

Despiértame, Señor, de este coma profundo,
que es amarme por encima de todo.
Que yo vuelva a ver,
a verte, a verles,
a ver tus cosas
a ver tu vida,
a ver tus hijos....

Y que empiece a hablar,
como los niños,
-balbuceando-,
las dos palabras más redondas
de la vida:
¡PADRE NUESTRO!

martes, 29 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Él no te abandonó cuando huíste de él; ¿por qué
  te va a abandonar ahora que, en el martirio que
  sufre tu alma, le das pruebas de amor? 
  (Padre Pío)

lunes, 28 de marzo de 2011

SALMO 114


Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí,
el día que lo invoco.

Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.

 Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida».

El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.

Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.

Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.


UN DÍA UN CONSEJO

 "El corazón bueno es siempre fuerte; sufre pero
  oculta sus lágrimas, y se consuela sacrificándose
  por el prójimo y por Dios".  (Padre Pío)

LA CRUZ DE CRISTO


Esculpe Señor,
con tu mano paternal,
la señal de la cruz
en nuestra frente y en nuestro corazón.

Que la cruz nos hermane a Cristo,
en su pasión,
y nos haga más solidarios,
con el sufrimiento de la humanidad entera.

Que la cruz presida nuestra vida,
y desde ella apredamos a elevar,
nuestra plegaria confiada
para que venga a nosotros tu Reino.

domingo, 27 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Cada santa misa escuchada con atención y devoción,
  produce en nuestra alma efectos maravillosos,
  abundantes gracias espirituales y materiales que ni
  nosotros mismos conocemos". (Padre Pío)

TENGO SED

Evangelio III domingo de Cuaresma
En aquel tiempo, Jesús llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta.

Llega una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dice: «Dame de beber». Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos). Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva». Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?». Jesús le respondió: «Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna».
Le dice la mujer: «Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla». El le dice: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá». Respondió la mujer: «No tengo marido». Jesús le dice: «Bien has dicho que no tienes marido, porque has tenido cinco maridos y el que ahora tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad».
Le dice la mujer: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar». Jesús le dice: «Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad».
Le dice la mujer: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo». Jesús le dice: «Yo soy, el que te está hablando».
En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?», o «¿Qué hablas con ella?». La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?». Salieron de la ciudad e iban donde Él.
Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabbí, come». Pero Él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis». Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer?». Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra. ¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya el segador recibe el salario, y recoge fruto para la vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador. Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador: yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga».
Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en Él por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho». Cuando llegaron donde Él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo».

Reflexión
Hoy, como en aquel mediodía en Samaría, Jesús se acerca a nuestra vida, a mitad de nuestro camino cuaresmal, pidiéndonos como a la Samaritana: «Dame de beber».
Su sed material es signo de una realidad mucho más profunda: manifiesta el ardiente deseo de que, tanto la mujer con la que habla como los demás samaritanos, se abran a la fe.
Al pedir agua a la Samaritana, ya había infundido en ella la gracia de la fe, y si quiso estar sediento de la fe de aquella mujer, fue para encender en ella el fuego del amor divino».
Ese deseo salvador de Jesús vuelto “sed” es, hoy día también, “sed” de nuestra fe, de nuestra respuesta de fe ante tantas invitaciones cuaresmales a la conversión, al cambio, a reconciliarnos con Dios y los hermanos, a prepararnos lo mejor posible para recibir una nueva vida de resucitados en la Pascua que se nos acerca.
«Yo soy, el que te está hablando»: esta directa y manifiesta confesión de Jesús acerca de su misión, cosa que no había hecho con nadie antes, muestra igualmente el amor de Dios que se hace más búsqueda del pecador y promesa de salvación que saciará abundantemente el deseo humano de la Vida verdadera. Es así que, más adelante en este mismo Evangelio, Jesús proclamará: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí», como dice la Escritura: ‘De su seno correrán ríos de agua viva’».
Por eso, tu compromiso es hoy salir de ti y decir a los hombres: "Venid a ver a un hombre que me ha dicho...".

Paz y bien hermanos.

sábado, 26 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Los ángeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos
  no pueden sufrir por Dios".  (Padre Pío)

ALMA DE CRISTO



Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo, defiéndeme.

En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.
(San Ignacio de Loyola)

viernes, 25 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"La vida es un calvario; pero conviene subirlo alegremente.
  Las cruces son los collares del Esposo y yo estoy celoso
  de ellos. Mis sufrimientos son agradables.
  Sufro solamente cuando no sufro". (Padre Pío)

ORACIÓN A CRISTO DEL CALVARIO


ORACIÓN AL CRISTO DEL CALVARIO

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido, no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
e ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa, de tu santa puerta.
Amén.

jueves, 24 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Los verdaderos siervos de Dios siempre han estimado que
  la adversidad es más conforme al camino que recorrió 
  nuestro Señor".

MUÉVEME


No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.


Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.


Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.


No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.



miércoles, 23 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

" Sí, yo amo la cruz, la cruz sola; la amo porque la veo
   siempre en las espaldas de Jesús". (Padre Pío)

ABRAZA LA CRUZ


Abraza la cruz y en ella abraza a Jesús,
para que terminen las tinieblas
y así amanezca la luz.

Tu dolor destruye, tu soledad acaba contigo
mas si los abrazas como cruz,
te llevan a la resurrección.

Abraza la cruz y en ella abraza a Jesús,
para que terminen las tinieblas
y así amanezca la luz.

Dios me libre de gloriarme,
si no es en la cruz de Jesús,
en la que estoy muerto para el mundo
y el mundo esta muerto para mi.

Abraza la cruz y en ella abraza a Jesús,
para que terminen las tinieblas
y así amanezca la luz.

martes, 22 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Subamos con generosidad al Calvario por amor de aquél
  que se inmoló por nuestro amor". (Padre Pío)

NOCHE OSCURA


Yo me decía,
como en un nuevo salmo:
¿Cómo ver cuando ahora no hay más
que noche en mi vida?

¿Cómo seguir cantando
con la garganta quebrada
y el corazón roto?

¿Cómo andar
este tramo de desierto
que tengo por delante
si ya no tengo fuerzas?

¿Dónde encontrar abrigo
si el frío de este invierno
me congela el alma?

¿Cómo creer en la unidad
cuando ni siquiera nosotros
somos uno?

¿Para qué empujar la justicia
en las naciones
si aquí cada uno se dedica sólo
a su pequeño mundo propio?

¿Para qué seguir sembrando
si la primavera parece alejarse
cada día más?

Huiré, sí, a tierras lejanas
–me dije- y
allí te dejaré morir.

Ya tu Palabra
no será más mi Palabra.
Ya tu vida no será más mi vida.
Ya tus sueños no serán
más mis sueños.

Entonces escuché la voz
de mi Dios, oráculo del Señor:
¿No lo notas? Está brotando.
Algo nuevo está naciendo.

Podrán oscurecer todos
los cielos, pero no podrán
detener la llegada del sol…

Y el sol está a la vuelta
o quizás iluminando ya tu paso.
No es tiempo de huir,
¡no!, ni de abandonar.

Es tiempo de esperanza,
de volver al primer amor,
de confiar…
de abrazarse a la noche
porque ésta no durará siempre.

No temas.
Yo estaré contigo
hasta el final de tus días.

lunes, 21 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"El Dios de los cristianos es el Dios de las transformaciones.
  Echáis en su seno el dolor y sacáis la paz; echáis desolación
  y veréis surgir la esperanza". (Padre Pío)

ORACIÓN POBRE


Padre mío, vengo a Ti
como hijo querido
con la pobreza de quien se sabe
que Tú eres mi riqueza.
Mi oración, como mi vida,
es pobre, tengo pocas ideas geniales.
Claro que a Ti
tengo poco que descubrirte que no sepas.
Sin embargo,
estoy delante de tu Presencia,
con la alegría de tu amor
que vence todas mis tristezas.
Quiero permanecer con mi pobreza
mirándote a Ti,
que eres la fuerza de los débiles,
el gozo de los heridos,
la valentía de los que no pueden más
y no tienen para poder ofrecerte
más que a Tí como Vida.

domingo, 20 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Si estar de pie dependiese de nosotros, no lo estaríamos
  ni un momento". (Padre Pío)

LA TRANSFIGURACIÓN


 Evangelio II domingo de Cuaresma
En aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con Él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle». Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo». Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos».
Reflexión
Se acercaba la Pasión para Jesús y seis días antes de subir al Tabor lo anunció con toda claridad: les había dicho que «Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día».

Pero los discípulos no estaban preparados para ver sufrir a su Señor. Él, que siempre se había mostrado compasivo con los desvalidos, que había devuelto la blancura a la piel dañada por la lepra, que había iluminado los ojos de tantos ciegos, y que había hecho mover miembros lisiados, ahora no podía ser que su cuerpo se desfigurara a causa de los golpes y de las flagelaciones. Y, con todo, Él afirma sin rebajas: «Debía sufrir mucho». ¡Incomprensible! ¡Imposible!

A pesar de todas las incomprensiones, sin embargo, Jesús sabe para qué ha venido a este mundo. Sabe que ha de asumir toda la flaqueza y el dolor que abruma a la humanidad, para poderla divinizar y, así, rescatarla del círculo vicioso del pecado y de la muerte, de tal manera que ésta —la muerte— vencida, ya no tenga esclavizados a los hombres, creados a imagen y semejanza de Dios.
Por esto, la Transfiguración es un espléndido icono de nuestra redención, donde la carne del Señor es mostrada en el estallido de la resurrección. Así, si con el anuncio de la Pasión provocó angustia en los Apóstoles, con el fulgor de su divinidad los confirma en la esperanza y les anticipa el gozo pascual, aunque, ni Pedro, ni Santiago, ni Juan sepan exactamente qué significa esto de… resucitar de entre los muertos, ¡Ya lo sabrán!

Paz y bien hermanos.


sábado, 19 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"El Padre celeste quiere que os parezcáis a su divino Hijo".
  (Padre Pío)

SAN JOSÉ


Una muy antigua tradición dice que 19 de Marzo sucedió la muerte de nuestro santo y el paso de su alma de la tierra al cielo.
San José esposo de María y padre virginal de Jesús. Modelo de padre y esposo, patrón de la Iglesia universal, de los trabajadores, de infinidad de comunidades religiosas y de la buena muerte.
San José es cabeza de la Sagrada Familia. El hombre en quien Dios confió sus mas valiosos tesoros. Esposo de María Santísima, padre virginal de Jesús. No hay en el cielo santo mas grande después de su esposa, María.
Si la fiesta, 19 de marzo, cae en Semana Santa, se anticipa al primer sábado anterior a ella. Esta festividad, que ya existía en numerosos lugares, se fijó en esta fecha durante el siglo XV y luego se extendió a toda la Iglesia como fiesta de precepto en 1621.
La paternidad de San José alcanza no sólo a Jesús sino a la misma Iglesia, que continúa en la tierra la misión salvadora de Cristo. El Papa Juan XXIII incorporó su nombre al Canon Romano, para que todos los cristianos -en el momento en que Cristo se hace presente en el altar- veneremos su memoria.


BENDITO SEAS SAN JOSE
¡Bendito seas San José,
que fuiste testigo de la Gloria de Dios en la tierra.
Bendito sea el Padre Eterno que te escogió.
Bendito sea el Hijo que te amó
y el Espíritu Santo que te santificó.
Bendita sea María que te amó!



DÍA DE LAS MISIONES DIOCESANAS VASCAS

19 de marzo
día de las Misiones Diocesanas Vascas.

El día de San José nos acerca un año más a la realidad gozosa de nuestras Misiones Diocesanas Vascas. Es tiempo de recordar con agradecimiento el largo periodo en el que nuestras diócesis han estado tan profundamente comprometidas con el anuncio del Evangelio en otros pueblos y culturas. Y desde esta memoria, debemos implicarnos con el presente, para hacer que dicho compromiso se refuerce y se abra a un futuro de esperanza.
En esta jornada de Misiones Diocesanas Vascas, intensifiquemos nuestra oración, pidiendo al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. También debemos esforzarnos por promocionar en nuestras Iglesias particulares una cultura de la misión que suscite vocaciones a la vida misionera. Colaboremos también, con nuestra aportación generosa, a sostener todas las obras apostólicas y evangelizadoras, de promoción humana y social, que nuestros misioneros llevan adelante con sacrificio, pero también con gran ilusión. Que la Virgen María, Reina de las misiones, junto con San José, cuya fiesta celebramos, aviven y renueven en nosotros el compromiso y espíritu misionero, que pertenece a la identidad profunda del ser cristiano y de la Iglesia. Que el Señor os bendiga.



viernes, 18 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"El amor de Jesús por nosotros es inmenso". (Padre Pío)

PRESENCIA.


Ando por mi camino, pasajero,
y a veces creo que voy sin compañía,
hasta que siento el paso que me guía,
al compás de mi andar, de otro viajero.

No lo veo, pero está.
Si voy ligero, él apresura el paso;
se diría que quiere ir a mi lado todo el día,
invisible y seguro el compañero.

Al llegar a terreno solitario,
él me presta valor para que siga,

y, si descanso, junto a mí se reposa.

Y, cuando hay que subir monte
(Calvario lo llama él),
 siento en su mano
amiga,
que me ayuda, una llaga dolorosa.


jueves, 17 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Importunemos al Padre celestial para que quiera
  acoger nuestras humildes oraciones". (Padre Pío)

ORACIÓN

La oración es la primera actividad de la Cuaresma; es un tiempo muy apto para renovarla. En efecto, todo se apoya en la vida espiritual. Si el tiempo de ayuno exige la oración, el esfuerzo de ascesis y de liberación del peso de la carne, la voluntad de alcanzar al prójimo en su propio terreno con un amor fraterno y generoso repercuten en la calidad y poder de lucha de la oración.
Para que sea aceptada la oración debe ir acompañada del ayuno". El mismo San Agustín decía también a sus fieles en un sermón de Cuaresma: "Para que nuestras oraciones puedan más fácilmente tomar su vuelo y llegar hasta Dios, es preciso darles el doble ceremonial de la limosna y el ayuno". "Nuestra oración -apoyada en la humildad y la caridad, en el ayuno y la limosna, en la abstinencia y el perdón de la injuria, en el cuidado que pondremos en hacer el bien en lugar de devolver el mal y de evitar el mal y practicar el bien- busca la paz y la obtiene porque esa oración vuela, sostenida y llevada a los cielos, donde nos ha precedido Jesucristo que es nuestra paz". "Estas piadosas limosnas y este frugal ayuno son las alas que en estos santos días ayudarán a nuestra oración a subir hacia el cielo". Se ve cómo San Agustín liga las tres actividades, ayuno, oración y limosna. Para él, Cuaresma, que debe ser ante todo un tiempo de oración, es el período que más enriquece la oración.

Paz y bien hermanos.



miércoles, 16 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Recordemos que el divino maestro nos manda,
  sobre todas las cosas, que seamos caritativos".
  (Padre Pío)

LIMOSNA

La limosna significa compartir nuestros bienes con los que tienen más necesidad. Desde luego debemos dar de nuestros bienes económicos y debemos hacerlo con responsabilidad; pero también los otros bienes: nuestro tiempo, nuestros conocimientos, nuestras habilidades. Los primeros que están esperando una limosna de nuestro tiempo son nuestros hijos, nuestro cónyuge, nuestros padres,... Vivir en serio la cuaresma nos prepara para vivir sinceramente nuestra Pascua.
Que tengas una Cuaresma fructífera y que el fruto sea tu conversión. 

Paz y bien hermanos.



martes, 15 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Preparad vuestra alma para la victoria". (Padre Pío)

QUIERO ORAR


Señor Jesús,
quiero orar, orando,
aunque no sienta nada,
quiero vivir de fe,
aunque no tenga grandes luces,
aunque me aburra.

Pero Tú, Señor,
eres lo mejor de mi vida
y quiero estar contigo
y permanecer en tu amor,
sin prisas.

Quiero dedicarte este tiempo.
Te prometo que no miraré el reloj,
aunque a veces me cueste
permanecer en oración.

Quiero que sepas que te quiero...
y todos los días.
La verdad, Señor,
es que cada día te quiero más.
(Francisco Cerro Chaves)

lunes, 14 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Quien comienza a amar tiene que estar dispuesto
  a sufrir". (Padre Pío)

CONVERSIÓN

 La conversión es esencial para ser discípulos de Cristo y salvarnos.Ya que todos somos pecadores, todos necesitamos continua conversión.
la Cuaresma es una oportunidad para «volver a ser» cristianos, a través de un proceso constante de cambio interior y de avance en el conocimiento y en el amor de Cristo.
La conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida. 
Pero, ¿qué es en realidad convertirse?
La conversión consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, nuestro verdadero Creador, que dependemos del amor. Esto no es dependencia, sino libertad. Convertirse significa, por tanto, no perseguir el éxito personal, que es algo que pasa, sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Señor para que Jesús se convierta para cada uno, como le gustaba decir a la beata Teresa de Calcuta, en «mi todo en todo». Quien se deja conquistar por él no tiene miedo de perder la propia vida, porque en la Cruz Él nos amó y se entregó por nosotros. Y precisamente, al perder por amor nuestra vida, la volvemos a encontrar.
Paz y bien hermanos.

domingo, 13 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Pedid luces y ayuda al Señor". (Padre Pío)

LA TENTACIÓN


I domingo de Cuaresma

¿Es pecado la tentación?
La tentación no es pecado. La tentación es anterior al pecado. El pecado es el consentimiento de la tentación. disponemos de todas las gracias necesaria de parte de Dios para vencer cada una de las tentaciones que el Demonio o los demonios nos presenten a lo largo de nuestra vida. Nadie, en ningún momento de su vida, es tentado por encima de las fuerzas que Dios dispone para esa tentación. Las tentaciones son pruebas que Dios permite para darnos la oportunidad de aumentar los méritos que vamos acumulando para nuestra salvación eterna. El poder que tiene el Demonio sobre los seres humanos a través de la tentación es limitado. Con Cristo no tenemos nada que temer. Nada ni nadie puede hacernos mal, si nosotros mismos no lo deseamos.
Las tentaciones sirven para que los seres humanos tengamos la posibilidad de optar libremente por Dios o por el Demonio. También sirven para no ensoberbecernos creyéndonos autosuficientes y sin necesidad de Cristo Redentor.

¿Qué hacer ante las tentaciones?
Satanás es como un perro atado: puede ladrar y abalanzarse cuanto quiera; pero si no somos nosotros los que nos acercamos a él, no puede morder. No importa cuán fuerte sea la tentación, no importa la insistencia, no importa la gravedad. En todas las pruebas está Dios con sus gracias para vencer con nosotros al Maligno.

Bien nos dijo el Señor: “Vigilen y oren para no caer en la tentación” (Mt. 26, 41). Vigilar consiste en alejarnos de las ocasiones peligrosas que sabemos nos pueden llevar a pecar. Ahora bien esta lucha no es contra fuerzas humanas, sino contra fuerzas sobre-humanas, como bien nos describe San Pablo. Por eso hay que armarse con armas espirituales: confesión y comunión frecuentes, que son los medios de gracia que nos brinda el Señor a través de su Iglesia. Pero no olvidar, por encima de todo, la oración, la cual nos recomienda el Señor directamente y nos recuerda San Pablo también: “Vivan orando y suplicando. Oren todo el tiempo”.
A veces la tentación no desaparece enseguida de haberla rechazado y el Demonio ataca con gran insistencia. No hay que desanimarse por esto. Esa insistencia diabólica pudiera ser una demostración de que el alma no ha sucumbido ante la tentación. Ante los ataques más fuertes, hay que redoblar la oración y la vigilancia, evitando angustiarse. Esta lucha, permitida por Dios, es una especie de calistenia espiritual que más bien fortalece al alma, siempre que se mantenga luchando contra la tentación. Si rechaza la tentación una y otra vez, el Demonio terminará por alejarse, aunque no para siempre, pues buscará otro motivo y otro momento más oportuno para volver a tentar.
Una cosa conveniente es desenmascarar al Demonio. Si se trata de tentaciones muy fuertes y repetidas, puede ser útil hablar de esto con un buen guía espiritual. El Demonio, puesto en evidencia, usualmente retrocede.
Adicionalmente, ese acto de humildad de la persona suele ser recompensado por el Señor con nuevas gracias para fortalecernos ante los ataques del Demonio.

Y recordar siempre que tenemos todas las gracias necesarias para el combate espiritual. San Pablo refiere lo siguiente: “Y precisamente para que no me pusiera orgulloso, después de tan extraordinarias revelaciones, me fue clavado en la carne un aguijón, verdadero delegado de Satanás, para que me abofeteara. Tres veces rogué al Señor que lo alejara de mí, pero me respondió: ‘Te basta mi gracia’.
Aparte de esta actitud de continua confianza en Dios y de vigilancia en oración, hay conductas prácticas convenientes de tener en cuenta ante las tentaciones:
Durante la tentación, orar con mucha confianza y resistir con la ayuda que Dios ha dispuesto.
Después de la tentación: si hemos caído, arrepentirnos y buscar el perdón de Dios en la Confesión. Y si no hemos caído ¡ojo! referir el triunfo a Dios, no a nosotros mismos, pues a El debemos el honor, la gloria y el agradecimiento.

Paz y bien hermanos.


sábado, 12 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"Preferiría mil cruces e incluso me resultaría dulce y ligera    toda cruz, si no tuviese esta prueba de sentirme siempre en la duda de si agrado o no al Señor con mis obras. Es doloroso vivir así...Me resigno ¡pero la resignación, mi "fiat", me parece tan frio, tan vacío...! ¡Que misterio! Sólo Jesús se preocupa de nosotros. (Padre Pío)

RENUNCIAR A TI MISMO

Durante la Cuaresma muchas son las preguntas que preocupan referentes al ayuno y la abstinencia, donde lo más importante en este tipo de prácticas no es cumplir con un precepto más sino descubrir el verdadero sentido de las mismas.
¡No nos fijemos en pequeñeces! Actuemos por amor a Cristo que nos dio la vida.
El real sentido de la penitencia está en someter la voluntad para fortalecerla en las virtudes como la templanza, la humildad y la solidaridad, ejercitando la caridad, pues todas las privaciones y sacrificios que se hacen deben tener como meta servir al prójimo: Rostro físico de Cristo.
Entonces, ¿qué quiere Dios de sus hijos?
“El ayuno que a Mí me agrada consiste en esto: En que rompas las cadenas de la injusticia… que dejes libres a los oprimidos… compartas tu pan con el hambriento… vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Tu rectitud irá delante de ti y Mi gloria te seguirá. Entonces si me llamas, Yo te responderé; si gritas pidiendo ayuda, Yo te diré: "Aquí estoy".

Dios es Padre, y como tal nos exige. ¿Por qué solicitamos tanto de Él, si no somos capaces de renunciar a nosotros mismos y mirar alrededor? Un verdadero hijo busca insistentemente a su padre y es capaz de sacrificarse por él y sus hermanos. Para muestra un botón: ¡Jesucristo!
La Cuaresma es una oportunidad para encontrarnos con Dios y crecer en la unidad y la solidaridad con el prójimo, para agradar al Señor y merecer el cielo, gracias al sacrificio de nuestro hermano Cristo y su resurrección.
Es así, pues, como descubrimos que el sacrificio (ayuno, abstinencia o cualquier penitencia) es un acto de AMOR puro… no una simple práctica mecánica que pasa de generación en generación. En eso estamos.

Paz y bien hermanos.


viernes, 11 de marzo de 2011

UN DÍA UN CONSEJO

"No temas las adversidades, porque colocan al alma
  a los pies de la cruz y la cruz la coloca a las puertas
  del cielo, donde encontrará al que es el triunfador
  de la muerte, que la introducirá en los gozos eternos".
  (Padre Pío)

CARGA CON TU CRUZ Y SÍGUEME


Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?»


Reflexión
A sus seguidores, a quienes creemos en Él, nos invita a vivir como Él vivió. No hay otro camino. “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo”. Seguirle es entregar la propia vida, es olvidarse de sí mismo, hasta la cruz; en definitiva es amar, amar de verdad, como Él amó. Y en clave de amor es como se entiende la radicalidad del texto evangélico de hoy: el que encerrado en sí mismo, con los ojos y el corazón puestos en su propio ombligo, quiera salvar su vida, la perderá; el que, olvidándose de sí mismo y rompiendo con su yo egoísta, pierda su vida por amor a Jesús y a los hermanos, ese la salvará. No se puede ser más claro.

Iniciamos el camino siguiendo a Jesús por los caminos que conducen al Calvario. ¿Qué vas a hacer para negarte a ti mismo, perder tu vida por la causa de Jesús, abrazar tu cruz, por amar como Él nos enseñó, por seguirle? Empieza con pequeñas cosas, con pequeños gestos, con pequeñas entregas. Del Evangelio de ayer podemos sacar pistas de por dónde empezar: Oración, limosna y ayuno. Intensifica tu encuentro con el Señor en la oración y los sacramentos, haz gestos concretos de ayuda a quien más lo necesite, haz algún pequeño sacrificio, … Poco a poco. Quizás así esta Cuaresma sea distinta de otras que ya has vivido. Y cuando llegue la Pascua de Resurrección sentirás entonces estallar de alegría tu corazón con la Vida Nueva que el Resucitado te regala. Adelante… Él te llama… Él te ayudará a hacerlo. No tengas miedo.

Paz y bien hermanos.