martes, 12 de abril de 2011

SALMO 136



Nostalgia de Jerusalén

Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos a llorar,
acordándonos de Sión.

En los sauces de las orillas
teníamos colgadas nuestras cítaras.
Allí nuestros carceleros
nos pedían cantos,
y nuestros opresores, alegría:

"¡Canten para nosotros un canto de Sión!"
¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor
en tierra extranjera?

 Si me olvidara de ti, Jerusalén,
que se paralice mi mano derecha;

que la lengua se me pegue al paladar
si no me acordara de ti,
si no pusiera a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías.


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