Cerrar los ojos para ver mejor: Mi balance con Dios
Hoy, último día del año, no quiero correr. Me detengo. Me siento a la orilla del camino para contemplar el atardecer de este 2025 que se nos va. 🌅
A veces, la mejor forma de avanzar es sentarse a esperar y escuchar. En esta calma, miro hacia atrás y veo la mano de Dios en cada momento: en las alegrías que me hicieron saltar y en las cruces que me costó cargar. Todo ha sido gracia.
Como miembros del Grupo de oración de Padre Pío, sabemos que el silencio es donde Dios nos habla al corazón. Hoy no le pido nada nuevo; solo me siento a Su lado para decirle: "Gracias por no soltar mi mano".
Mi reflexión para hoy: Dejo en Sus manos todo lo que no pude terminar, los errores que cometí y los sueños que aún no florecieron. Me quedo aquí, sentado en paz, sabiendo que mañana Su luz volverá a brillar y me encontrará listo para volver a caminar.
Que esta última noche del año sea de paz profunda para todos ustedes. Mañana volveremos a levantar los brazos, pero hoy... hoy simplemente descansamos en Su Amor.
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"Qué necesario es este momento de silencio antes de que termine el año. A veces corremos tanto que olvidamos simplemente sentarnos a los pies del Señor para darle las gracias. Me quedo con esa paz hoy. ¡Gracias por compartirlo con el grupo de oración de Padre Pío!"
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