sábado, 26 de febrero de 2011

LA BUSCADORA INTRÉPIDA


Una curiosa salió temprano, una mañana,en busca de Dios. Llegó al pie de una torre tan alta, que parecía que besaba el cielo. Una voz la invitó a entrar, y ella empujó la puerta y miró en la oscuridad. Arriba, había una luz suave que dejaba entrever una escalera en espiral.
Resuelta y atrevida, y confiando an el Señor, empezó a subir. Peldaño tras peldaño, subía más y más. La torre parecía no tener fin. La duda y la ansiedad entorpecían sus pasos. En su corazón, la esperanza dejó paso al miedo. ¿No sería mejor volverse atrás?
Se detuvo, ya dispuesta a bajar.  Apenas echó abajo su pie, se llevó el susto de su vida. Debajo no había escalones.
Entonces se dió cuenta de que, a cada paso que había dado hacia arriba, el escalón de abajo se había caido dejando un vacío.
Volvió, otra vez, a mirar hacia arriba. La luz seguía invitándola, pero la escalera parecía sin fin...
Porque yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la mano y te digo: "No temas, yo mismo te auxilio". (Isaias 41,13)

Paz y bien hermanos

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