lunes, 30 de agosto de 2010

ORA ET LABORA



"Trabajar es rezar" afirma un eslogan. Pero si de verdad son iguales, ¿por qué casi todos están dispuestos a trabajar, mientras que son tan pocos los que están dispuestos a orar?
Podríamos caer en un activismo esteril si nuestro obrar no está regado y fundado en el orar. No separemos oración y acción, delegando la oración a los monjes o a los contemplativos. ¿Cómo saber qué quiere el Señor que hagamos, si no estamos con él. ¿No será que nuestras acciones se basan en nuestra propia voluntad y no la de Dios? Si ya se, lo que tengo que hacer, ¿para qué necesito a Dios? En el Evangelio, son muchas las ocasiones en que hace incapie de que Jesús oraba, se "alimentaba" de la voluntad del Padre, de la palabra que viene de Dios. Recuperaba las fuerzas y bajaba a la batalla del día a día. ¿No somos seguidores de Jesús? Si lo eres, toma ejemplo. Jesús es el camino, la verdad y la vida. Quien le sigue no anda a oscuras, porque él es la luz del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario