Padre mío, no deseo nada más...
sólo deseo vivir en ti,
sólo deseo fundirme en ti,
sólo deseo eternizarme en ti,
disolverme en amor contigo,
como la gota de agua en el mar infinito.
Padre mío, no deseo nada más,
no aspiro a nada más,
no añoro nada más,
no me inquieto por nada más...
Padre mío, no deseo nada más,
que ser toda tuya,
que tu voluntad se realice en todo mi ser,
que yo sea toda tuya en tus manos amorosas,
que tu querer sea mi querer.
Padre mío, no deseo nada más
que tu voluntad se haga en mí...
Padre mío, que mis deseos
se disuelban y desaparezcan,
que mis aspiraciones
de ser considerado, respetado, y tenido en cuenta,
se disuelvan y desaparezcan,
que los deseos de ser alguien,
se disuelvan y desaparezcan.
Padre mío, no deseo nada más,
sólo quiero ser lo que tú quieras,
todos los demás deseos son vanos,
superficiales y agobiantes.
Sólo cuando me desprendo de todo deseo,
despojado de todo ...
es cuando siento que descansa mi alma,
es cuando siento que la quietud
de tu presencia amorosa
me emvuelve y me acaricia.
Padre mío, no deseo nada más,
sólo quiero lo que tú quieras.
Padre mío, vacíame de mis deseos,
de toda otra aspiración,
vacíame de todo lo que agobia
y esclaviza mi corazón.
Padre mío, no deseo nada más,
sólo quiero lo que tú quieras,
volar, cantar bailar, al ritmo
de tu Espíritu amoroso.
Padre mío, no deseo nada más...
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