Hay un aspecto sorprendente en el mundo afectivo y humano del P. Pío: sus relaciones cordiales con el mundo femenino.
Diríamos que fue más bien el mundo de las mujeres que rodearon a este hombre, aparentemente "huraño".
Es la historia por ejemplo, de las relaciones entre el santo fraile y la señorita Cleonice Morcaldi, hija del alcalde de San Giovanni Rotondo. Una muchacha sencilla, atraída por los ideales místicos, que vivió cerca del Padre, para crecer espiritualmente a su sombra, para colaborar con su obra, para confortarlo en los momentos de amargura. Nació así un maravilloso testimonio de amistad espiritual, expresado por cartas y apuntes hasta ahora desconocidos, de los que se destaca evidente y hermosa figura del hombre y del santo. Es de los apuntes de Cleonice que hemos sacado las mejores noticias acerca de la Misa del P. Pío.
Un alma generosa que colaboró con el P.Pío fue Rafaelina Cerase,de la ciudad de Foggia. Esta mujer, muy enferma, se ofreció en 1916 como víctima para que el P. Pío cuando estaba en Pietrelcina, sanara de su enfermedad y regresara a su comunidad. En efecto el Padre sanó, se despidió de su tierra y fue destinado al convento de los capuchinos de Foggia, en donde pudo atender espiritualmente a Rafaelina.
María PyleOtro caso similar lo encontramos en la señorita María Pyle. Norteamericana, de familia protestante, llegó a Italia en 1924 como
admiradora y colaboradora de María Montessori. Era doctora, joven de gran belleza y de una colosal fortuna. En 1918, en España, se convirtió al cristianismo y llegó a Italia para solucionar sus inquietudes científicas y sus problemas de pedagogía. Por curiosidad llegó a San Giovanni Rotondo, pero se fue decepcionada.
Estando en Capri, la doctora tiene un sueño: se ve en la carroza, sentada a la izquierda de Maria Montessori, quien lleva las riendas del caballo. De pronto la escena del cuadro cambia. Se encuentra en la misma carroza, pero colocada a la derecha de un fraile que lleva las riendas. Reconoce en él al P. Pío. El caballo corre ligero por una calle empinada que desemboca delante de la fachada de un santuario. María se percata de que se trata de la iglesia de la Virgen de Santa María de las Gracias de San Giovanni Rotondo. El Padre detiene el caballo y dice: "Hemos llegado". El sueño termina. María Pyle decide aclarar el sueño y vuelve a San Giovanni Rotondo, en donde el P. Pío la recibe y, a manera de saludo, le dice: "Hemos llegado".
En efecto, María Pyle había llegado definitivamente. En San Giovanni Rotondo se quedó para siempre. Vendió su gran fortuna
y distribuyó su dinero a los pobres. A la vez se construyó una
humilde casa cerca del convento. Su vida y su trabajo lo consagró enteramente al P. Pío. Fue su mano derecha y la mediadora para cuantos peregrinos, especialmente de lengua inglesa, querían acercarse al Padre Pío.
Lucía Fiorentino En los años de segregación absoluta en San Giovanni Rotondo (l923)-1933) hubo otra hija espiritual del P. Pío que ofreció su
vida para que cesara la persecución contra el estigmatizado.Se llamaba Lucía Fiorentino. El Señor le tomó la palabra y Lucía murió en 1934; pocos meses antes el Papa Pío lo reconoció públicamente la inocencia del P. Pío.
Lucía Fiorentino era un alma excepcional que tenía frecuentes fenómenos místicos, entre ellos locuciones interiores. Ya desde
1906 el Señor le había anunciado que vendría de lejos un sacerdote, simbolizado por un gran árbol y que con su sombra cubriría todo el mundo. Quien con fe se refugiara bajo él, obtendría la verdadera salvación. Por el contrario, quien se burlara, sería castigado.
El P. Pío era este árbol, hermoso y rico en hojas y frutos de santidad y salvación para muchos.
Carlo Campanini
El Padre Pío dirigió espiritualmente muchas almas, sus hijas e hijos espirituales como : Carlo Campanini, Francesco Morcaldi, Cesare Festa, Emmanuele Brunatto,Enrico Medi,Guiglielmo Sanguinetti , Angelo Battisti, Giusepe Sala, Gerardo de Caro, y muchos más que se multiplicaban y se siguen multiplicando hoy en día.
Se puede entrever en ese grupo de personas el inicio de los grupos de oración, que él alentaba y aconsejaba espiritualmente.
Los grupos de oración fueron y son una de las joyas del Padre Pío, junto a la creación del hospital.
«Lo que falta a la humanidad -repetía con frecuencia el P. Pío - es la oración».
Los continuos llamados del Papa Pío XII a la oración para alcanzar la paz en el mundo destrozado por la Segunda Guerra Mundial, encontraron en el P. Pío una respuesta concreta. Fundó sus famosos "Grupos de Oración", que definió como : "semilleros de fe, hogares de amor en los cuales Cristo mismo está presente cada vez que se reunen para la oración".
No se trata de una asociación, sino sencillamente de un grupo de personas que se reunen para orar. No hacían nada especial, cantaban, rezaban el Rosario, leían la Sagrada Escritura, hacían una breve reflexión sobre un mensaje espiritual y los ejemplos de la vida santa del P. Pío,oían siempre que podían la misa, exponían siempre que podían sus intenciones en alta voz; después de esto, proponían renovarse espiritualmente y renovar poco a poco la sociedad en medio de la que vivían.El 24 de septiembre de 1975, el Santo Padre Pablo VI, hablando del P. Pío dijo: «Entre tantas y maravillosas cosas que hizo el P. Pío, están las numerosas personas que oran y se entregan a la vida cristiana en la oración, en la caridad, en la pobreza de espíritu y en el cumplimiento del deber cristiano».
Un día el P. Alberto había dicho al P. Pío:
- Padre, ¿es tan necesario organizar grupos de oración, cuando en algunas diócesis ya están molestando a los obispos?
- Yo invito a las almas a orar - contestó el P. Pío -, y esto ciertamente fastidia no solamente a algunos obispos sino especialmente a Satanás. Por otro lado, siempre les he recomendado a los Grupos la obediencia a la santa Iglesia.
Pronto los Grupos de Oración del P. Pío se multiplicaron en Italia y en todo el mundo y se llegó a tener un primer congreso regional en Venecia en 1956; un segundo congreso nacional en Catania en 1959, bajo la presidencia del cardenal Lercaro y por fin, el congreso internacional, el 22 de septiembre de 1968, en San Giovanni Rotondo con ocasión de los cincuenta años de los estigmas del P.Pío.
El mismo Santo Padre, en la homilía de la beatificación del P. Pío, recordó esta gran obra: los grupos de oración que son una de las herencias espirituales del santo. Estos grupos nacieron como respuesta a la invitación del P. Pío de orar y orar en común. Quería que los grupos de oración estuvieran vinculados al Hospital Casa Alivio del sufrimiento.
El P. Pío aceptaba como hijos espirituales a cuantos se lo pedían. Pero siempre les ponía una condición: "No me hagan quedar mal". Todos los que pertenecen a los grupos de oración se consideran hijos espirituales del P. Pío.
El 22 de septiembre de1968, desde la ventana de su convento,
el P. Pío les dijo a los miles de congresistas de los grupos de oración: "Soy todo de cada uno de ustedes. Cada uno de ustedes puede decir: "¡Padre Pío es mío!".
Yo también puedo decir: ¡El Padre Pío es mío!
¿Y tú?
Paz y bien hermanos.
Yo también puedo decir El padre Pio es mío!!!...desde el cielo es mi director Espiritual..... Aprendo mucho de sus escritos.. Para Gloria de Dios....gracias por este artículo... paz y bien
ResponderEliminarPadre Pío es muy especial en mi vida espiritual.
ResponderEliminarGracias Dios por darnos a Padre Pio
I am so glad that I have been found by Padre Pio, and he has lead me to God and all the blessings that knowing the Lord has brought me. Amen
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