domingo, 17 de octubre de 2010
CATEQUESIS
Mañana comienza la catequesis en mi Parroquia y desde aquí quiero enviar un gran abrazo a todas las catequistas de mi pueblo, a todas y a cada una en especial, también a todo los catequistas del mundo y en concreto a una a la que recuerdo mucho: Carmen, que vive en Las Palmas.
Quisiera animarles a vibrar, a arder en amor al Señor y que viertan su vivencia de fe entre los niños, que son lo más bonito del mundo. Entusiasmad, comunicad la Buena Noticia, cantad, bailad con ellos, orad con ellos, abrid vuestro corazón y mostrad a Jesús con vuestras palabras y vuestras obras. Sembrad, sembrad que Él sabrá cuando recoger. No hacen falta sólo estructuras, lo que hace falta es corazón. Evangelizad en la Parroquia, en vuestras casas, en las calles, en todos los lugares.
Cuando descubres un verdadero tesoro, no te lo puedes callar, necesitas contarlo, decírselo a los demás, para que sean también felices. Y algo muy importante; no os olvideis de vuestra oración personal. Los niños, las personas, no solo esperan que el catequista sea una persona simpática, también espera una persona llena de Dios. Y eso, quienes más lo notan, son los niños.
Desde aquí hago un llamamiento a todas las personas llamadas a ser catequistas y a las que aún no lo saben, ¡ánimo! Es una labor maravillosa, que entusiasma y en la que se recibe más de lo que se da y con creces. ¡Que bueno es El Señor!
Que Dios os bendiga y os guie en esta gran labor.
Paz y bien hermanos.
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