viernes, 5 de noviembre de 2010

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR


QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

 Ser incomprendido, por defender que Tú vives en mí,
antes que ser elevado en el pódium del éxito efímero
pero sin horizontes ni razones para existir.

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

Las risas de los que no me entienden por lo que creo,
ni el vacío de los que no me quieren por lo que siento.

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

El no percibir algunas verdades que tú me ofreces,
cuanto esperar a que un día se hagan realidad

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

Cómo me rescatarás de la muerte,
cuanto saber que, ahora y aquí,
me acompañas y me animas con tu Palabra
me alimentas con tu Cuerpo y con tu Sangre
y, en el fondo de mi alma,
me haces arder en ansias de poder verte.

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

La burla de los que no se molestan en buscarte,
la sonrisa de los que, sintiéndose poderosos,
serán nada y polilla después de su grandeza.

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

Las falsas promesas que el mundo me ofrece,
frente a las tuyas que han de ser eternas.
Los cortos caminos, que me llevan al abismo,
frente a los tuyos –estrechos y difíciles-
pero con final feliz y glorioso.

QUE NO ME IMPORTE, SEÑOR

Paz y bien hermanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario