domingo, 14 de noviembre de 2010
CADA UNO DE NOSOTROS ES LO QUE ES A LOS OJOS DE DIOS
Cada día deberíamos renovar y estimular nuestro fervor, como si fuera el primer día de nuestra conversión, diciendo:" Ayúdame, Señor y dame la gracia para comenzar hoy de verdad, porque lo que he hecho aún no es nada".
No podemos renobarnos sin la humildad para reconocer lo que necesita ser renovado en nosotros.
No tengamos miedo. Tiene que haber cruz, tiene que haber sufrimientos, señal clara de que Jesús nos ha acercado a Su corazón para compartir Su sufrimiento con nosotros.
No hay necesidad de desesperar. No hay necesidad de desalentarse. No si comprendemos la ternura del amor de Dios. Somos preciosos para Él. Nos ama, y tan tiernamente que nos ha grabado en las palmas de sus manos.Cuando sientas inquietud en el corazón, cuando te duela, o te parezca que se te va ha romper, di: "Soy un ser preciado por Él. Él me ama, me ha llamado por mi nombre. Soy suyo.Me ama. Dios me ama". Y para demostrar ese amor murió en la cruz.
Paz y bien hermanos.
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