"Te voy a contar una historia que te va a gustar: a un primo mío le habían detectado un tumor en el colon, a su mujer, sordomuda y con problemas de hernias cervicales, le habían denegado la invalidez y a su hijo que tiene problemas de oído, no podía pagarle los repuestos de un implante que tiene para poder oír.
Le llevé antes de la intervención del tumor una de las "postales" con la reliquia del Padre Pío y la abrazó como no he visto hacerlo a nadie.
Pasado un mes este enamorado del Padre Pío me dice que está curado, que no le tienen que dar quimioterapia. En cuanto al problema de su mujer; recurrió y le dieron la incapacidad. A su hijo le han llamado para ponerle otro implante en el otro oído y le pagan el recambio del que ya tenía.
Me dice:¡ primo esto funciona! ¿Eh?
También me dice que quiere bautizar a su hijo de ocho años.
Una cosa que te va a hacer gracia: al marchar del hospital, después de la operación, vio a unas monjitas (las Clarisas de Derio) -una de ellas estaba ingresada- y le dio la postal del Padre Pío para que le ayudase.
El caso es que él quería tener una y sabía que yo le había dado otra a su madre. ¡Agárrate! Se la pidió a la madre y esta le dijo que no se la daba, que la quería para ella. Naturalmente le he dado otra.
Todo gracias al Padre Pío."
Miguel Angel Cuesta
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