Se hallaba nuestra hija en una
encrucijada, quería orientar su vida laboral. Tenía tres opciones posibles:
Seguir en el laboratorio que estaba con una beca, iniciar unos nuevos estudios
o presentarse a oposiciones para la administración.
En oración le pedimos al Señor
orientación…y nos sorprendió por la claridad y lo inesperado de la respuesta.
Pero lo que vimos debía confirmarse y siguió el día a día.
Al poco tiempo, sucedió que el P. Elías
-gran propagandista de la obra del P. Pío y al que definiría como su mano
derecha en un amplio territorio- vino a dar una conferencia y a dirigir el
primer encuentro de oración del grupo Ntra. Sra. De Begoña, en Bilbao. Estando
en nuestra casa coincidió con nuestra hija -“casualidad” pues ella estaba
habitualmente en Vitoria y nunca estaba a esas horas en Bilbao-, y pudo
intercambiar unas palabras con él y contarle la situación en la que se
encontraba.
Ese día, si no recuerdo mal, a nuestra
hija le denegaron la admisión para cursar nuevos estudios, en cambio le
aprobaron la beca que había solicitado pero sólo por un año y sin posibilidad
alguna de proseguir en el laboratorio de la universidad.
Ya estaba claro el camino, tenía que
agotar la beca y opositar.
Para remarcar esto, en la conferencia
que dio el P. Elías ese mismo día, le preguntaron por los últimos sucedidos del
P. Pío. El contestó que solían ser cosas sencillas como la de una muchacha que
tenía que elegir entre tres trabajos y que quería saber en cual podía
desarrollar mejor su labor. Dice que se lo pidió para ya y al cabo de diez
minutos recibía la llamada de una de las empresas pidiéndole que urgentemente
se incorporara a esa empresa. Nada más oír esto mi mujer y yo nos miramos, fue
una “casual” confirmación de que nuestra hija estaba en el camino correcto.
Llegó la oposición, múltiples pruebas,
dificultades, etc. Las superó todas pero por poco no llegó a estar dentro del
número de “elegidos”.
Decepcionada, el tiempo se le echaba
encima, veintinueve años y sin un trabajo con futuro, y la beca acabándose. De
repente y por sorpresa anuncian que va a haber otra oposición, inesperada en
principio debido a las trabas del Gobierno central a causa de la crisis que se
estaba viviendo.
He de decir que le habíamos pedido a la Virgen y al Padre Pío, pero también a S. Pancracio y para las causas difíciles a S. Judas Tadeo. Todos ellos fueron llegando de una u otra manera para que les invocáramos.
Como no consiguió en un principio
alcanzar su objetivo cuando todo apuntaba a que así iba a ser, elevando una
plegaria pregunte: “¿Por qué?”
Pasaban los días y no había respuesta,
así se lo hice saber a mi mujer. Nada más hacer esto leía lo siguiente: “El
Señor siempre cumple su palabra”.
No entendía como en sueños, por dos
veces, me había dicho al parecer que iba a entrar, y no sucedió así. No
entendía cómo había tenido otro sueño sobre el Papa que se había cumplido al
poco tiempo. ¿Por qué un sueño si y el otro no?
Al no conseguir la plaza en la oposición
se puso en firme a terminar el trabajo de investigación correspondiente a la
beca otorgada.
Una vez terminado, justo a tiempo, dio
comienzo a su preparación de cara a la nueva oposición.
Comenzaron los exámenes y pruebas
superándolas de nuevo, consiguiendo en esta ocasión el objetivo
Luego, reflexionando creí entender el
por qué de la primera vez. Me di cuenta de que la primera oposición fue una
preparación de cara a la definitiva y que si la hubieran cogido en esta no
hubiera podido concluir el trabajo de investigación, y en segundo lugar no
estaría lo suficientemente madura como para desenvolverse bien en sus funciones
venideras.
Por cierto, que al que en un principio
podríamos llamar el último obstáculo de la oposición -la entrevista- se la
pusieron el día 23 de septiembre, y ya sabéis el significado de ese día,
“¿casualidad?”
Desde aquí quiero dar las gracias al que
he dado en denominar “el equipo” así como a todos los que rezaron por ella.
Miguel Ángel Cuesta
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