Cierto día llegó a mis oídos que daban una
conferencia en Bilbao sobre la figura del P. Pío. Confieso que no me prodigo
mucho en estos eventos, pero el caso es que ese día me sentí atraído por alguna
razón.
Acudí al acto, el conferenciante era el
padre capuchino D. Elías Cabodevilla Garde. Me llamó la atención que
permaneciera toda la conferencia con los ojos cerrados dando fechas, citas,
etc., y todo ello sin papel alguno.
Del relato que hizo, resonó en mí y lo
sigue haciendo hoy en día, el sufrimiento, toda una vida marcada por las llagas
y el dolor, Cristo lo había asociado a su pasión. Y digo que me resonó porque
un servidor, a pesar del dolor que hay hoy en día en el mundo, no sé por qué
pienso que es época de resurrección, de vivir la alegría de Cristo resucitado
que, por decirlo de algún modo, ha de ir adueñándose paulatinamente y por
difícil que parezca de este nuestro querido mundo.
Terminada la conferencia marché sin hacer
caso alguno a los diversos libros que se exponían sobre la vida del santo.
Pasados unos meses, sentí la necesidad de
comprar el libro “Padre Pío”, de Jose María Zavala. Leí su vida junto a
diversos testimonios sobre gracias recibidas por su intercesión.
También sucedió por aquel entonces, que el
grupo de oración de los jesuitas al cual pertenecía se disolvió a la vez que se
constituía el primer grupo de oración del P. Pío en Bilbao, concretamente en la
iglesia del Carmen gracias al ímpetu de Amaya y bien secundada por Loli quien a
la postre fue la organizadora de otro grupo en la iglesia de Sta. Teresa en
Baracaldo.
Acepté gustoso la invitación participando
de esta nueva andadura, hasta que pasado un tiempo sentí que había que formar
un grupo en la Basílica de Nuestra Sra. de Begoña, bajo el amparo de la madre
de este nuestro querido pueblo.
Allá, en la primavera, di el primer paso,
solicitando al párroco poder reunirnos en los locales de la Basílica para poder
orar. La negación fue la respuesta que obtuve.
Pasado el verano llegaron buenas noticias,
habían cambiado al párroco. Presentando una nueva solicitud, ésta se resolvió
con rapidez de forma satisfactoria, con lo cual ya sólo quedaba convocar a todo
aquél que quisiera formar parte del grupo de oración.
Guiado por la providencia, y ayudado
durante todo el proceso por las oraciones de los miembros de los otros grupos,
se organizó el acto inaugural para el lunes 7 de octubre del 2013, día en que
se celebra la Virgen del Sto. Rosario y a cuatro días del día de la festividad
de la Amatxu. Presidió el acto el padre Elías, el cual en un principio hizo una
exposición a los asistentes de la figura del P. Pío.
Curiosamente otro santo Padre con el mismo
nombre que nuestro santo, el Papa San Pío X, fue quien declaró canónicamente
patrona de Bilbao y Vizcaya en 1903, a Ntra. Sra, de Begoña.
Retomando el tema, durante la conferencia
inicial previa al encuentro de oración, hubo varias de las personas asistentes
que vieron al P. Pío presente en la sala. Una de ellas en concreto me dijo al
salir: “¡Qué imágenes más bonitas del P. Pío habéis proyectado en la pantalla!”
(este acto se realizó en un salón de actos). Le contesté: “Amiga mía, no hemos
proyectado nada”.
Antes de concluir este apartado y para
hacer honor a la verdad, quiero manifestar que todos estos pasos fueron bien
vistos y respaldados por el Sr. Obispo y su secretario, a los que quiero dar
las gracias en nombre de todo el grupo.
Sirva este testimonio para dar gracias a
Dios por llevarnos de la mano tanto de la Madre María como del santo P. Pío que
su vida le entregó.
Miguel Angel Cuesta Cerrato
No hay comentarios:
Publicar un comentario