Dulcísimo Jesús, Hijo de Dios vivo,
Dios y Hombre verdadero,
Redentor de mi alma:
por el amor con que sufriste ser vendido de Judas,
preso y atado por mi salvación:
¡Ten misericordia de mí!
Benignísimo Jesús mío:
por el amor con que padeciste
por mi alma tantos desprecios,
irrisiones, negaciones
y tormentos en la casa de Caifás:
¡Ten misericordia de mi!
Pacientísimo Jesús mío:
por el amor con que por mi padeciste
tantos falsos testimonios,
afrentas injurias
y acusaciones falsas en la casa de Pilatos:
¡Ten misericordia de mí!
Mansísimo Jesús de mi alma:
por los desprecios,
escarnios y burlas de la casa de Herodes;
por los azotes, corona de espinas
y mofas sangrientas
y condenación a muerte de la casa de Pilatos:
¡Ten misericordia de mí!
Piadosísimo Jesús de mi alma:
por todo lo que por mí padeciste
en tu adorable Pasión, desde la casa de Pilatos
hasta el monte Calvario,
donde toleraste por mi amor
el ser crucificado para que yo me salvase:
¡Ten misericordia de mí,
ten misericordia de mí,
ten misericordia de mí! Amén.
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